El gobierno argentino anunció que desde este lunes y hasta el 2 de agosto se flexibilizará el aislamiento social, preventivo y obligatorio en el área metropolitana de Buenos Aires, pese a que persiste un elevado nivel de contagios de coronavirus con la apertura paulatina de actividades.
El 90% de los casos se han concentrado en el área metropolitana, ya que el interior del país vive una situación totalmente distinta y ha recuperado casi la normalidad.
De esta manera, la Capital Federal y en el Gran Buenos Aires, el lugar más poblado del país con 14 millones de personas, reabrirán comercios, industrias y algunas actividades profesionales.
Argentina atraviesa una grave crisis económica y un gran cansancio social por más de 120 días de cuarentena.
En un mensaje por cadena nacional, el presidente Alberto Fernández, que ha insistido desde marzo en priorizar la salud antes que la economía, hizo un llamado a la población a extremar los cuidados, porque el riesgo es latente.
“No debemos caer en el riesgo de elegir quién vive o quién muere. Nosotros queremos seguir trabajando en la misma línea, tratando de volver a la normalidad paulatinamente, porque lejos estamos de ganar la batalla”, dijo Fernández.
El presidente comparó las medidas para frenar la pandemia con las que se han tomado globalmente.
“Miren como ha crecido el problema en el mundo, todo lo que hemos hecho tuvo sentido, nada fue inútil, y nos permite mostrarnos como uno de los países que menos muertos tuvo en el mundo”, señaló.
Con una población de 44 millones de habitantes, Argentina tiene 127.000 contagios, 2.300 muertos y está promediando 40 fallecimientos por día.
Sin embargo, en pleno invierno y con el pico de la pandemia concentrado actualmente en Latinoamérica, las cifras en el sector más poblado del país siguen preocupando.