Los alimentos que Estados Unidos compra en el exterior enfrentarán en un futuro próximo, una nueva normativa de admisión, destinada a aumentar las garantías para los consumidores estadounidense.
Han pasado más de dos años y medio desde que el Congreso aprobó las nuevas normas de seguridad alimentaria para las importaciones. Desde entonces ocurrieron incidentes con productos importados tales como mangos, papayas, pasta tahini de semillas de sésamo, semillas de granada y otros, subraya Sandra Eskin, del grupo de defensa del consumidor Pew Charitable Trusts.
"Estos brotes recientes sólo ponen de relieve la importancia de estas normas y lo importante que es conseguir que hagan efectivas lo antes posible", dijo Eskin. "Cuanto más se demore, más gente se va a enfermar innecesariamente".
Sin embargo, asiendo realistas, tomará por lo menos 18 meses para que las reglas superen el proceso de comentarios públicos y revisión, y otro año o más antes de que entren en vigor.
Sin embargo, la propuesta del Departamento de Alimentos y Medicamentos (FDA por su sigla en inglés), también tendrá como efecto un incremento en las exigencias para los alimentos importados.
La agencia estatal estadounidense sostiene que la normativa hará que los alimentos que ingresen al país, tengan que cumplir con los mismos estándares que los que se producen en el país.
Estados Unidos importa alrededor del 15% de los alimentos que la población consume, desde 150 países, según destaca la FDA.
Pocos controles
En la actualidad, los inspectores de seguridad alimentaria que trabajan en los pasos de frontera, revisan menos del 2% de los productos importados, explica el vicecomisionado de la FDA, Michael Taylor y eso es algo que ya están cambiando.
"El gran cambio de paradigma es el cambio hacia la prevención, y eso implica que la industria será responsable de documentar lo que hacen para evitar problemas" alimenticios, asegura Taylor.
La FDA requerirá a los importadores que examinen sus propias cadenas de suministro, que va desde la granja hasta el supermercado, para identificar dónde están los riesgos de seguridad. Las empresas tendrán que documentar las acciones que han tomado para enfrentar los riesgos.
Taylor dice que las nuevas normas aumentarán la seguridad alimentaria no sólo en Estados Unidos.
"El propósito es trabajar también con los gobiernos extranjeros para que desarrollen su capacidad de supervisar la seguridad de los alimentos en forma que puedan ofrecer mayor seguridad alimentaria en sus países y a Estados Unidos", dijo.
Los costos
La FDA apuesta a apoyar a los gobiernos de los países en desarrollo para incrementar sus propias capacidades instaladas en la producción de especias, explica Cheryl Deem, directora ejecutivo de la Asociación Estadounidense de Comercio de Especias.
Pero más allá de las medidas tomadas tras algunos problemas que la industria de especias ha enfrentado, subsisten algunas preocupaciones. "Ellos quieren hacer lo correcto", explica Deem, "pero están preocupados por el costo, y quién va a asumir dicho costo en última instancia".
El tema de los costos es uno de los aspectos a resolver, ya que la FDA estima que los controles preventivos podrían costar a las compañías extranjeras entre $300 y 500 millones de dólares en total.
Sin embargo también la FDA tendrá un costo de cerca de $500 millones y la forma de enfrentarlo aún no está clara. El presidente Obama ha propuesto cobrar a las empresas nuevas tasas para cubrir parte de los costos pero en la industria alimentaria muchos se oponen la idea.
Larga espera
Larga esperaHan pasado más de dos años y medio desde que el Congreso aprobó las nuevas normas de seguridad alimentaria para las importaciones. Desde entonces ocurrieron incidentes con productos importados tales como mangos, papayas, pasta tahini de semillas de sésamo, semillas de granada y otros, subraya Sandra Eskin, del grupo de defensa del consumidor Pew Charitable Trusts.
"Estos brotes recientes sólo ponen de relieve la importancia de estas normas y lo importante que es conseguir que hagan efectivas lo antes posible", dijo Eskin. "Cuanto más se demore, más gente se va a enfermar innecesariamente".
Sin embargo, asiendo realistas, tomará por lo menos 18 meses para que las reglas superen el proceso de comentarios públicos y revisión, y otro año o más antes de que entren en vigor.
La agencia estatal estadounidense sostiene que la normativa hará que los alimentos que ingresen al país, tengan que cumplir con los mismos estándares que los que se producen en el país.
Estados Unidos importa alrededor del 15% de los alimentos que la población consume, desde 150 países, según destaca la FDA.
Pocos controles
En la actualidad, los inspectores de seguridad alimentaria que trabajan en los pasos de frontera, revisan menos del 2% de los productos importados, explica el vicecomisionado de la FDA, Michael Taylor y eso es algo que ya están cambiando.
"El gran cambio de paradigma es el cambio hacia la prevención, y eso implica que la industria será responsable de documentar lo que hacen para evitar problemas" alimenticios, asegura Taylor.
La FDA requerirá a los importadores que examinen sus propias cadenas de suministro, que va desde la granja hasta el supermercado, para identificar dónde están los riesgos de seguridad. Las empresas tendrán que documentar las acciones que han tomado para enfrentar los riesgos.
Taylor dice que las nuevas normas aumentarán la seguridad alimentaria no sólo en Estados Unidos.
"El propósito es trabajar también con los gobiernos extranjeros para que desarrollen su capacidad de supervisar la seguridad de los alimentos en forma que puedan ofrecer mayor seguridad alimentaria en sus países y a Estados Unidos", dijo.
Los costos
La FDA apuesta a apoyar a los gobiernos de los países en desarrollo para incrementar sus propias capacidades instaladas en la producción de especias, explica Cheryl Deem, directora ejecutivo de la Asociación Estadounidense de Comercio de Especias.
Pero más allá de las medidas tomadas tras algunos problemas que la industria de especias ha enfrentado, subsisten algunas preocupaciones. "Ellos quieren hacer lo correcto", explica Deem, "pero están preocupados por el costo, y quién va a asumir dicho costo en última instancia".
El tema de los costos es uno de los aspectos a resolver, ya que la FDA estima que los controles preventivos podrían costar a las compañías extranjeras entre $300 y 500 millones de dólares en total.
Sin embargo también la FDA tendrá un costo de cerca de $500 millones y la forma de enfrentarlo aún no está clara. El presidente Obama ha propuesto cobrar a las empresas nuevas tasas para cubrir parte de los costos pero en la industria alimentaria muchos se oponen la idea.