La cifra de muertos por un ataque ocurrido en la capital de Afganistán en la víspera de Navidad ha aumentado a 40 personas, informó el Ministerio de Salud el martes, mientras la policía y los rescatistas revisaban el edificio gubernamental humeante donde los agresores resistieron durante ocho horas contra las fuerzas de seguridad.
Un atacante suicida detonó su vehículo cargado de explosivos afuera del edificio el lunes, para que después unos tres hombres armados irrumpieran en el complejo de oficinas en busca de víctimas. Algunos empleados lograron encerrarse en unas oficinas, mientras la policía evacuaba rápidamente a más de 350 personas.
El portavoz del Ministerio de Salud, Wahid Majro, dijo que 40 personas fallecieron y 29 resultaron heridas. Una cifra de muertos proporcionada anteriormente por el ministerio incluía a los agresores.
Nadie se ha adjudicado la autoría del ataque, pero tanto El Talibán como un grupo afiliado al Estado Islámico atacan con frecuencia a las autoridades del gobierno y a las fuerzas de seguridad.
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Abdul Jalil, un empleado que habló con los reporteros el martes desde su cama de hospital, estaba en el segundo piso del edificio cuando los hombres armados ingresaron.
"Entraron y estaban disparando contra todos. Disparaban contra las puertas cerradas. Si alguien estaba ahí, les disparaban", relató.
Jalil dijo que saltó desde una ventana en un segundo piso y se fracturó la pierna. Logró arrastrarse unos 50 metros hasta una puerta donde personal de seguridad lo puso a salvo. Agregó que por lo menos cinco de sus compañeros saltaron con él desde la ventana y que vio a su jefe aventarse desde la ventana de un tercer piso.
En tanto, Khalil Rahman, quien escapó ileso, dijo que "fue una masacre" y que no sabían hacia qué lugar correr.