El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el lunes en un mensaje en Twitter que sus planeados aranceles a la importación de acero y aluminio solo serán revertidos si se logra un “nuevo y justo” acuerdo comercial con Canadá y México.
Los tres países están actualmente en negociaciones para realizar cambios al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, TLCAN.
Además de mencionar los aranceles al acero y el aluminio, Trump dijo que en un nuevo acuerdo Canadá “debe tratar mejor a nuestros granjeros” y México tiene que hacer más para detener las drogas que llegan a Estados Unidos.
Canadá es el mayor socio comercial de Estados Unidos y el año pasado envió aluminio valorado en 7.200 millones de dólares y aluminio por un valor de 4.300 millones de dólares.
Los aranceles también afectarán a otros aliados estadounidenses como Gran Bretaña, Alemania, Corea del Sur, Turquía y Japón. Pero China, el mayor productor de acero del mundo, solo envía el 2% de su suministro a EE.UU. y será menos afectado.
El asesor comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro, dijo el domingo que el gobierno del presidente Donald Trump no prevé exentar a ningún país de un aumento en los aranceles a las importaciones de acero y aluminio.
En declaraciones al programa "State of the Union" de la cadena CNN, Navarro, dijo que los detalles finales del arancel anticipado de 25% sobre el acero y de un 10% al aluminio deberían estar terminados al final de esta semana o principios de la otra.
"Por el momento ningún país está excluido”, reiteró.
El anuncio de Trump del jueves agitó los mercados, irritó a los aliados y aumentó las perspectivas de una guerra comercial. Aunque la medida estuvo dirigida contra China, también abarcará importaciones considerables procedentes de Canadá, México, Corea del Sur, Japón y la Unión Europea.
Al hablar de las críticas a las acciones propuestas, Trump tuiteó el domingo que "las industrias (estadounidenses) del acero y el aluminio están muertas. Lo siento, ¡es momento de un cambio!"
Navarro descartó las preocupaciones del Departamento de Defensa que recomendó que Trump sólo aplique los aranceles de manera selectiva para no molestar a los socios de Estados Unidos en el extranjero.
Navarro dijo que Trump “escucha a todas las partes y toma decisiones difíciles. Yo creo que esta es la decisión correcta”, afirmó.
Canadá, el socio comercial más grande de Estados Unidos, podría ser el más afectado, ya que el año pasado exportó aluminio por valor de $7.200 millones de dólares a Estados Unidos y acero por otros $4.300 millones. Los aranceles también golpearían a Gran Bretaña, Alemania, Corea del Sur, Turquía y Japón. Pero China, el productor más grande de acero, solo envía el 2% su oferta a Estados Unidos y sería el menos afectado.
El secretario de Comercio, Wilbur Ross, dijo el domingo al programa "This Week" de la cadena ABC que la medida es un “escobillado bastante amplio”, rechazó las amenazas de los aliados de que adoptarán represalias y las describió como "bastante triviales".
Según Ross, el valor total de los aranceles asciende a unos $9.000 millones anuales, una fracción de un 1% de los $18,6 billones de dólares anuales que representa la economía de Estados Unidos, la más grande del mundo.
“Así, que la idea de que va a destruir muchos empleos, aumentar los precios, agitar las cosas, es equivocada”, aseguró Ross.
El secretario también minimizó las amenazas de la Unión Europea de responder con aranceles propios sobre productos estadounidenses como las motocicletas Harley Davidson, el Bourbon y los jeans Levis, como un “error redondo” y sin importancia.
En respuesta, el presidente Trump amenazó el sábado con subir los impuestos de exportación a los fabricantes europeos de autos si la Unión Europea responde.
Pocos temas podrían borrar las líneas del partidismo en la era de Trump en Washington. El comercio es uno de ellos.
Los sindicatos y los demócratas liberales han asumido la postura inusual de aplaudir la posición de Trump, mientras que los republicanos y diversos grupos empresariales advierten de terribles consecuencias económicas y políticas si el mandatario sigue adelante con los aranceles.
A menudo las políticas comerciales se trazan de acuerdo con líneas regionales, más que ideológicas, ya que los políticos reflejan los intereses de las industrias y los trabajadores locales. Sin embargo, rara vez una controversia genera una escisión tan grande entre un presidente y su partido, dejándolo casi exclusivamente con el apoyo de sus rivales ideológicos.
"Que bien, por fin", dijo el senador demócrata progresista Sherrod Brown al aplaudir la medida de Trump. El senador demócrata Bob Casey, que ha exigido la renuncia del mandatario, estuvo de acuerdo.
"Exhorto al gobierno a que prosiga y adopte medidas enérgicas para garantizar que nuestros trabajadores puedan competir en una cancha pareja", afirmó Casey en un tuit.