Diez de 13 científicos que ayudaron a producir un estudio que vincula una vacuna infantil al autismo se retractaron de su descubrimiento.
Los investigadores se retractaron del hallazgo en la publicación médica británica The Lancet, diciendo que hasta el momento no tienen suficiente evidencia para relacionar con el autismo la vacuna MMS contra el sarampión, las paperas y la rubeola.
Después que apareció el estudio en 1998, el número de niños británicos vacunados con la vacuna MMS bajó significativamente, mientras que se publicaron varias investigaciones negando dicha relación.
The Lancet señaló que dos autores del estudio rehusaron retractarse, mientras que otro no pudo ser localizado.
