En esta calle de Manhattan, John estaciona su camioneta, cargada de herramientas, se prepara para reparar motocicletas dañadas en su mayoría de migrantes recién llegados que intentan ganarse la vida como repartidores de comida.
“Yo trabajaba ya en esto desde Venezuela y lo hacía también en Chile y llegué aquí a este país y trabajé primero en un restaurante ahí trabaje un tiempo, reuní un dinero y compré la camionetita”, comenta John Martínez, Migrante venezolano.
Él ya tiene tres meses reuniendo clientela que lo busca porque habla español. Mientras espera por una respuesta en su proceso de asilo, John sueña con tener su propio local de mecánica. Con su camioneta ambulante, en un solo día repara entre 5 y 10 motocicletas.
“Quería rentar un lugar en la esquina pero está un poquito caro, estoy juntando el dinero ya que lo tenga completo pero ya creo para el año que viene porque me piden el social y el social me llega en enero”, continúa Martínez.
La habilidad de John con la mecánica contribuye a suplir una necesidad en NYC. Blanca, de origen mexicano, lleva un poco más de tiempo en Nueva York.
“Soy costurera y tengo otro oficio, tengo varios oficios y es el porque a los años no me cuesta trabajo y no me sigue costando trabajo conseguir trabajo pienso que esas oportunidades me las he ganado día con día”, dice Blanca Lucero, Migrante mexicana.
Ella es dueña de su propia tintorería en pleno corazón de Manhattan.
“Soy una inmigrante trabajadora y que sufrió para llegar y sigue sufriendo para salir adelante y ser alguien en la vida”, finaliza Lucero.
Más de 120 mil nuevos migrantes han llegado a la ciudad en el último año.
Según organizaciones pro inmigrantes la mayoría de los recién llegados buscan una independencia económica y posibilidades de generar sus propios ingresos pronto. Ángela González, Voz de América, Nueva York.