El futuro del presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy, estuvo en juego este martes, cuando enfrentó una moción de censura que, a la postre, acabó costándole su posición de liderazgo.

Contra todo pronóstico, McCarthy fue finalmente destituido, por una mayoría simple de 216 votos a favor y 210 en contra.

Una votación histórica, apenas la segunda de este tipo en la historia de Estados Unidos. La anterior vez tuvo lugar en 1910.

El legislador de California tan solo podía permitirse perder un máximo de cuatro votos de la bancada republicana. El enojo de los miembros más radicales de su partido por el acuerdo pactado por McCarthy con los demócratas para mantener el gobierno abierto el pasado sábado, acabó sellando el final de su presidencia.

Kevin McCarthy, Expresidente de la Camara de Representantes, dijo en una rueda de prensa: “Desafortunadamente, el 4% de nuestro partido puede unirse a todos los demócratas y dictar quién será el presidente republicano en esta cámara.[...] No volveré a presentarme como candidato a presidente. Haré que el partido elija a otra persona”.

Sin embargo, el papel determinante lo jugaron los demócratas, a quienes el republicano no quiso realizar concesiones a cambio de ayudarle a superar la moción de censura, y que votaron en su casi totalidad en contra del republicano, sin ninguna gana de salvar a alguien al que definieron como “mentiroso” y “poco fiable”.

Hakeem Jeffries, líder de la minoría de la Cámara de Representantes: "Alentamos a nuestros colegas republicanos que dicen ser más tradicionales a romper con los extremistas en el caos, la disfunción y el radicalismo."

Esta moción fue solo la culminación de una lucha de poder de meses entre McCarthy y un grupo de conservadores de su partido, los cuales intentaron bloquear su ascenso a la presidencia en enero y lo han mantenido en jaque desde entonces.

Matt Gaetz, Legislador de Florida dijo en el pleno:

“El caos es el portavoz McCarthy. El caos es alguien en cuya palabra no podemos confiar”

Entre tanto, faltan 43 días para alcanzar un acuerdo entre demócratas y republicanos sobre el gasto federal de este año fiscal y así evitar un cierre de gobierno. Sin un presidente, la Cámara queda paralizada en sus actividades y se tendrá que votar para un nuevo líder lo más pronto posible.

Aún se desconoce el nombre de quién pudiera reemplazar a McCarthy como tercero en la línea de sucesión a la Casa Blanca. Hay un presidente interino, nombrado por el propio McCarthy, que estará encargado de dirigir la futura votación, pero no debería tener voz en una negociación sobre el gasto. Un posible nombre podría ser Steve Scalise, el número dos republicano en la Cámara.