La creciente hostilidad entre Israel y Hizbulá en la frontera con el Líbano alimenta los temores de una guerra más allá de Gaza. EEUU, aliado de Israel, busca una salida a la crisis, mientras milicias apoyadas por Irán aseguran no dar marcha atrás.
El Ejército israelí atacó este jueves por tierra y aire zonas de campamentos de refugiados en en el centro de Gaza y en la ciudad de Rafah, al sur, dejando muertos y heridos. Las fuerzas israelíes dicen que apuntan a objetivos con acciones "precisas y basadas en inteligencia".
El líder del grupo libanés Hizbulá, Hassan Nasrallah, aseguró que de estallar la guerra con Israel no habrá lugar seguro dentro de ese país y afirmó que tienen identificados objetivos precisos para descargar sus misiles facilitados por Irán. Israel dijo que conoce las armas de que dispone Hizbulá.
Un informe de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU -publicado este miércoles- examina seis ataques aéreos perpetrados por Israel contra objetivo civiles en Gaza en los que "pueden haberse violando" las leyes de guerra.
Israel intensifica su retórica mientras la milicia Hizbulá en Líbano realiza maniobras para un enfrentamiento total con Israel, un conflicto que EEUU quiere evitar arreciando su cruzada diplomática con la vista puesta en un alto el fuego en Gaza que apaciguaría los ánimos.
EEUU pide que reduzcan de modo "urgente" los enfrentamientos entre Israel y Hizbulá para evitar una guerra de mayores proporciones en Oriente Medio.
Miles de israelíes se manifestaron en Jerusalén para protestar contra la gestión de la guerra en Gaza por parte del primer ministro, Benjamin Netanyahu. La manifestación comenzó en las afueras del Parlamento israelí, antes de dirigirse a la residencia personal del primer ministro.
Las autoridades israelíes dijeron el lunes que el primer ministro Benjamin Netanyahu disolvió el influyente Gabinete de Guerra que estaba encargado de dirigir la guerra en Gaza.
El ejército de Israel anunció una "pausa táctica" en los combates durante determinadas horas del día en una zona del sur de Gaza, para aliviar el retraso en la entrega de ayuda en medio de la crisis humanitaria desatada por la guerra.
La muerte de estos ocho soldados podría provocar el aumento de los llamados a un alto el fuego y la ira pública sobre las exenciones militares para los ultraortodoxos.
Israel atacó Gaza y combatió a militantes de Hamás el viernes, mientras los esfuerzos de tregua no lograban avanzar y las tensiones aumentaron en la frontera norte de Israel con Líbano.
Datos de la ONU revelan un aumento en la destrucción de huertos, campo de cultivo y hortalizas en el enclave palestino de Gaza, donde el hambre está muy extendida después de ocho meses de bombardeos israelíes.
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