El presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, descartó la posibilidad de regresar a Honduras.
Según Zelaya, de regresar a su país, este podría ser entregado a lo que llamó las "cortes golpistas" que no respetarían sus derechos.
El ex gobernante dijo no estar dispuesto a presentarse ante los tribunales hondureños ya que los magistrados del poder judicial "son los mismos que participaron en el golpe de Estado".
Zelaya agradeció al actual presidente Porfirio Lobo por abrir el camino para su regreso después de su exilio forzado en República Dominicana desde el 27 de enero de 2010.
Lobo garantizó a Zelaya que de regresar a Tegucigalpa no sería hecho prisionero.