Un grupo de unos 30 nacionalistas blancos marchó hasta un parque cerca de la Casa Blanca para llamar la atención hacia los derechos civiles de los estadounidenses blancos, pero la protesta no duró el tiempo planeado al verse los ultraderechistas superados en número por miles de contramanifestantes.
Los ultraderechistas avanzaron por la calle rodeados por una cadena de protección policial mientras miles de contramanifestantes, se burlaban de ellos y los abucheaban. El grupo llegó caminando desde una estación de metro cercana a la Casa Blanca, pero la policía los evacuó en furgonetas para mantener el control de la situación.
La lluvia contribuyó a finalizar las protestas que atrajeron a la ciudad a centenares de agentes del orden. Las calles de Washington volvieron a abrirse al tráfico normal luego que la policía terminó de dispersar a los manifestantes de ambos bandos.
La presencia de los dos grupos de manifestantes en Washington se produjo en el aniversario de una concentración de neonazis, skinheads, miembros del Ku Klux Klan y otros, el año pasado en Charlottesville, Virginia, que concluyó violentamente con la muerte de una contramanifestante, y después que las autoridades de Charlottesville negaran a los nacionalistas permiso para una nuevo mitin este año.
La marcha de los supremacistas blancos el domingo frente a la Casa Blanca fue dirigida por Jason Kessler, el principal organizador del evento "Unite the Right" (Uniendo a la Derecha) del año pasado, quien habló de la identidad política, la raza y la defensa de los blancos.
"Preferiría que no tuviéramos ninguna política de identidad, preferiría que no pudiéramos ver la raza en absoluto; y preferiría hacer eso en mi interacción individualizada con las personas, pero la realidad es que vivimos en un entorno político en el que la AACP defiende a los negros, el pueblo judío comienza a ser defendido por la ADL , y nadie defiende a los blancos y eso tiene que cambiar", dijo Kessler a sus seguidores.
Explicó que el evento del año pasado en Charlottesville fue "para decir que los blancos deben defender sus derechos como otras personas lo hacen", y señaló que piensa que el retiro de la estatua del héroe confederado de la Guerra civil, general Robert E. Lee de un parque de la ciudad, era un reemplazo simbólico de lo que está ocurriendo en el país, "donde los blancos son culpados por la esclavitud y la guerra, y todas esas cosas que todos los grupos raciales en el planeta están involucrados".
Pero dijo que no se habla de derribar la Gran Muralla china o las pirámides mayas y aztecas, construidas por esclavos, sino solo de la gente blanca y atribuyó esto al hecho de que los países "han sido inundados con demasiada gente al punto que la población anfitriona ya no existe".
Kessler agradeció también a la ultraderecha "por despertarme al hecho de que mi gente tiene una voz y tiene personas que la van a defender", pero al mismo tiempo pidió a sus seguidores cambiar de dirección en la búsqueda de su objetivo de reconocimiento.
"Debo decirles que algunas de las bromas ya no son graciosas, dejémoslas de lado. Tenemos que ser honestos, tenemos que ser sinceros. Hay una forma de seguir adelante para ayudar a la gente blanca, pero no podemos ser asociados con el odio, la violencia o la opresión", señaló.
El punto de partida de los nacionalistas blancos fue la estación de metro de Viena, Virginia.
Este video de la VOA Noticias muestra la llegada de los nacionalistas blancos al metro de Viena, y la detención de un joven que grababa la protesta en su celular.
Los contramanifestantes de los grupos como DC United Against Hate, New York Black Lives Matter y Answer Coalition, llegaron primero y por centenares. Se reunieron en la Freedom Plaza, alentando a la multitud con cantos de "Fight back" (contra-ataca) y "No KKK, no fascist USA" (No al Klu Kux Klan, no EE.UU. fascista).
En la capital estadounidense la presencia de las fuerzas del orden fue notoria y los cierres de avenidas numerosos en anticipo a la llegada de los manifestantes de ambos grupos.
Varias figuras prominentes de ‘alt-right’ como Richard Spencer, quien fue uno de los conferencistas en la protesta de 2017 y es el presidente del centro de pensamiento National Policy Institue se desmarcaron de la protesta.
A través de su cuenta de Twitter, Spencer dijo que no iría al evento del domingo y que no recomendaba que otras personas asistieran.
“Sé que muchos tienen buenas intenciones al ir, pero un evento como este no tiene sentido ahora mismo. No sé exactamente qué sucederá, pero probablemente no será bueno”, dijo el líder de ultraderecha. La recomendación probablemente tuvo efecto.
La alcaldesa Muriel Bowser anunció el jueves la activación del Centro de Operaciones de Emergencia del Distrito, para que las autoridades locales, estatales y federales trabajaran en conjunto para coordinar los “apoyos necesarios para todas las respuestas a incidentes críticos”.
En Charlotesville
El domingo comenzó con protestas en Charlottesville. Un grupo de personas se reunieron en el parque Booker T. Washington alrededor de las 9 a.m. para eventos antirracistas, como una marcha de oración, un rezo y otros monumentos conmemorativos.
Es parte de su esfuerzo por recuperar el día, que marca un año desde la manifestación nacionalista blanca y letal "Unite the Right" en la ciudad.
Heather Heyer, de 32 años, murió cuando un automóvil chocó contra una multitud de personas que protestaban contra los nacionalistas blancos. Dos agentes de la policía estatal de Virginia también murieron en el accidente del helicóptero.
Este es un día sombrío en la ciudad del estado de Virginia, pero no se ha informado de grandes problemas hasta ahora durante el fin de semana. Las barreras y los puntos de control se alinean en el centro de Charlottesville. Agentes y varias capas de barricadas protegen a las estatuas confederadas en el área, así como a partes del campus de la Universidad de Virginia.
La confrontación de 2017
Hace un año, Charlottesville, vivió uno de sus días más oscuros. Cientos de adeptos de la ultra derecha y supremacistas blancos se tomaron las calles durante casi dos días en una marcha para ‘unificar la derecha’.
En la tarde del sábado 12 de agosto 2017, un coche arremetió contra la multitud, en donde estaban tanto asistentes a la marcha como manifestantes que acudieron para protestar contra ellos. El atentado, perpetrado por un hombre de 20 años, acabó con la vida de Heather Heyer, de 32 años, y dejó decenas de heridos.
Varios de los asistentes a la marcha de Charlottesville han sido llevados a la corte por parte de las víctimas de la violencia en la manifestación o incluso han visto su identidad revelada por organizaciones como ProPublica, lo que ha desencadenado el rechazo social o la pérdida de su empleo.
El año pasado, ante los hechos en Charlottesville, el presidente Trump dio unas polémicas declaraciones en las que expresó que “ambos lados”, tanto los manifestantes de ultra derecha como quienes protestaron en su contra, fueron los culpables de la violencia en la ciudad de Carolina del Norte.
Colaboración de Gabriela Brenes y Belén Mora.