La administración Biden y los demócratas en el Congreso están enfrentando lo que podría ser el momento político más tirante desde que tomaron el control en Washington en enero.
Los legisladores están batallando para evitar un posible cierre del gobierno y un impago de la deuda nacional, mientras que luchas entre los demócratas están poniendo en peligro dos proyectos de ley para avanzar las prioridades clave del partido.
Lo que está en juego, tanto para la economía como para la agenda doméstica del presidente Joe Biden, no podría ser mayor.
Una combinación de pequeños errores o retrasos para aprobar la resolución de presupuesto y elevar la cantidad de dinero que el Departamento del Tesoro puede recibir en préstamos podrían tener impactos catastróficos en EE. UU. y la economía mundial.
Un cálculo de Moody’s Analytics reflejó que en el peor escenario, en que EE. UU. incumple el pago de sus deudas, podría resultar en una pérdida de 6 millones de empleos y la destrucción de hasta 15 billones de la riqueza doméstica.
Si los demócratas de la Cámara de Representantes no logran obtener los votos para aprobar un plan de infraestructura de 1,5 billones de dólares que ya pasó por el Senado y otro de 3,3 billones que incluye servicios sociales, alivio por el cambio climático y otras prioridades del partido, no tendrán mucho que mostrar a los votantes en 2022 de sus dos años de control en Washington.
No hay nada claro
Pocos expertos en Washington esperan que la batalla sobre el presupuesto y el techo de la deuda termine en un impago del gobierno. Los legisladores han pasado ya por esto y siempre han encontrado una salida de último minuto.
En cuanto a los proyectos de gastos tan importantes para la administración, no hay nada claro. El miércoles por la tarde, Biden llamó a los legisladores demócratas a la Casa Blanca para tratar de concretar un acuerdo.
El presupuesto
El problema más inmediato que enfrentan los legisladores es que el gobierno federal perderá la autoridad para gastar dinero en muchas de sus funciones claves si no se aprueba una resolución de presupuesto antes del 30 de septiembre.
El gobierno federal ya ha sufrido cierres anteriores, pero nunca en medio de una pandemia, y no está claro cuánto pueda dañar un paro en las operaciones federales a la respuesta de salud pública por el coronavirus.
Los demócratas de la Cámara Baja aprobaron el martes una “resolución de continuidad” que permite continuar las operaciones federales hasta diciembre, lo que da tiempo para aprobar proyectos de presupuesto separados para diferentes partes del gobierno.
El problema es que se espera que los republicanos del Senado bloqueen ese proyecto al negarle a los demócratas los 60 votos que necesitan para poner fin al debate.
El límite de la deuda
Los republicanos del Senado, bajo el liderazgo de Mitch McConnell, han dicho que no darán su voto para elevar el techo de la deuda, incluso votos para impedir el debate y los demócratas puedan aprobarlo por su cuenta.
McConnell ha expresado públicamente que el gobierno no puede dejar de pagar sus deudas, pero está demandando que los demócratas asuman toda la responsabilidad para que esto suceda, algo políticamente oneroso, por medio de un proyecto de presupuesto conciliado.
Los demócratas se oponen porque quieren que los republicanos compartan su responsabilidad por elevar el techo de la deuda, que les ayudaría a pagar por medidas adoptadas y firmadas cuando los republicanos tuvieron el control de Washington hace unos años.
Perder los proyectos es mortal para Biden
Algunos expertos esperan que los demócratas llegarán a algún tipo de acuerdo entre sí, porque toda alternativa es peor.
“Siempre he pensado que los demócratas saben que perder esos proyectos es mortal para Biden y para ellos”, dijo Larry Sabato, director del Centro para Política de la Universidad de Virginia.
Agregó que “el compromiso no será muy sabroso, pero al alternativa es un veneno”.
[Con información de Rob Garver]
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