Más de 357.000 personas murieron de manera violenta en 2010 en las Américas.
De acuerdo con datos del Observatorio Hemisférico de la Seguridad de la Organización de Estados Americanos (OEA), 150.000 fueron homicidios dolosos y el 75% fueron realizados con armas de fuego; lo que convierte a América en la región del mundo donde se cometen más asesinatos con armas de fuego.
Aún más, durante el mismo año 2010, alrededor de 200 millones de personas de América Latina y el Caribe, fueron víctimas de un delito, entre ellos, más de dos tercios de todos los secuestros del planeta.
Durante la reunión Hemisférica de Alto Nivel contra la Delincuencia Organizada Transnacional que se realiza en la Ciudad de México, el embajador Adam Blackwell, Secretario de Seguridad Multidimensional de la OEA, advirtió que la delincuencia y la violencia son las principales amenazas para la región y el crimen es un riesgo para las instituciones democráticas.
"La participación de estas bandas criminales en procesos electorales amenazando o, incluso, asesinando candidatos y, en muchos casos, imponiendo a sus propios candidatos, es una expresión más del riesgo que impone la delincuencia organizada”, el embajador Blackwell.
Al inaugurar los trabajos, el presidente Felipe Calderón llamó a conformar un frente organizado internacional, "para poner un alto a ese enemigo que no reconoce fronteras, perseverar en la lucha para combatir a los criminales con todo el peso de la ley, no aceptemos que América y en particular América Latina, sea la región más violenta del mundo".
Ante fiscales y ministros de Justicia de 34 países, Antonio Mazzitelli, representante de la Oficina contra Droga y Delito de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), advirtió que el crimen organizado y el narcotráfico constituyen hoy en día una amenaza real y concreta a la estabilidad y al desarrollo democrático de algunas regiones del mundo y es necesario redoblar los esfuerzos, tanto a nivel nacional como internacional.
