La Corte Suprema decidió el lunes no intervenir en la controversia sobre las protecciones de los jóvenes soñadores a través del programa de Acción Diferida Durante la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), como lo había solicitado el gobierno del presidente Donald Trump.
La decisión —considerada como una victoria temporal para los "dreamers"— significa que el programa no expirará el 5 de marzo, como lo había anunciado el gobierno de Trump, y el Servicio de Inmigración y Aduanas deberá continuar recibiendo solicitudes de renovación del DACA para quienes ya gozan de esa protección.
Además significa que el caso tendrá que seguir ventilándose en los tribunales inferiores —un tribunal en San Francisco y otro en Nueva York— hasta que estos emitan un fallo, que podría ser apelado. Solo entonces la Corte Suprema podrá decidir considerar el caso.
Y como eso podría tardar semanas o incluso meses, la decisión del lunes probablemente también disminuirá la presión sobre el Congreso para que actúe rápidamente sobre la cuestión. El Senado se estancó en el tema hace dos semanas, lo que dejó en duda cualquier acción futura.
Lo que hizo que la petición del gobierno de Trump fuera inusual es que en el caso que se ventila en San Francisco intentó eludir la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito con sede en esa misma ciudad, donde seguramente se apelará cualquier fallo en una segunda instancia. Trump ha perdido varios casos sobre inmigrantes y refugiados en ese circuito.
El presidente Donald Trump reaccionó a la decisión de la Corte Suprema durante su reunión con los gobernadores, reiterando que "todos quieren ayudar a DACA".
“Ustedes saben que hemos tratado de movernos rápido porque queremos ayudar al DACA. Creo que todos los presentes en esta habitación quieren ayudar en cuanto al DACA”, dijo el mandatario a los gobernadores. “Sin embargo, la Corte Suprema emitió ese fallo porque quiere seguir por los canales habituales”.
El presidente no pareció tener mucha fe de que pueda ganar en el Noveno Circuito de Apelaciones, al considerarlo de tendencia liberal y afirmar que "nada es tan malo como el Noveno Circuito".
El DACA ha protegido de la deportación y dado permisos de trabajo a cerca de 700.000 jóvenes inmigrantes, de los cuales muchos llegaron a Estados Unidos de niños y se quedaron a vivir en el país sin papeles migratorios.
En septiembre del año pasado, Trump argumentó que Obama se había excedido en sus poderes ejecutivos cuando creó el programa. El actual mandatario anunció que iba a eliminar el DACA y les dio a los legisladores hasta el 5 de marzo de este año para presentar una enmienda legislativa.
Pero en las últimas semanas, los jueces federales en San Francisco y Nueva York han hecho que el plazo de Trump sea temporalmente irrelevante. Han emitido órdenes en las que requieren que el gobierno mantenga vigente al DACA mientras las cortes consideran los desafíos legales de eliminar el programa.
Como resultado, el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) ha aceptado y procesado las renovaciones del DACA, así como lo estuvo haciendo antes de anuncio de Trump en septiembre.
El gobierno de Trump no ha intentado bloquear las órdenes judiciales que obligan a que el programa siga operando.
El litigio ahora tomará su curso habitual mientras el Congreso puede continuar buscando una solución política.