El número de muertos por las devastadoras inundaciones y deslizamientos de lodo en Brasil llegó a 665, mientras las fuerzas armadas intensifican sus esfuerzos para llegar a las comunidades aisladas cerca de la ciudad de Río de Janeiro.
Las autoridades desplegaron cientos de funcionarios de emergencia a los vecindarios que han quedado aislados debido a carreteras y puentes destruidos.
Fuertes lluvias, en días recientes, ocasionaron una avalancha de lodo, agua y piedras que arrasaron con pueblos y aldeas, causando el peor desastre natural en el país en décadas.
La lluvia que cayó en unas pocas horas equivale a un mes de precipitaciones en el área afectada.