La segunda explosión en una semana de naves espaciales comerciales podría evitar que turistas lleguen al espacio, al menos en los próximos meses, como estaba planeado.
El más reciente desastre, cuando la nave espacial turística de Virgin Galactic se estrelló en el desierto de California, generó nuevas interrogantes sobre el futuro de los vuelos espaciales comerciales en Estados Unidos.
Imágenes de televisión tomadas desde un helicóptero mostraron los restos de la nave esparcidos en el desierto de Mojave de California. Las autoridades locales dicen que el copiloto murió de inmediato, mientras que el piloto se encuentra hospitalizado con heridas graves.
"Esta fue una prueba pura. Esto no fue un evento público. Así que voy a decir que mis ojos y mis oídos no lograron detectar nada anormal”, dijo Stuart Witt, director ejecutivo del Mojave Air y puertos espaciales.
Virgin Galactic dijo en un Twitter que la tripulación de la nave experimentó "una anomalía grave”. El dueño de la empresa, el multimillonario británico Richard Branson, tenía la esperanza de iniciar viajes con turistas al espacio en los próximos meses.
Unos 800 personas han reservado asientos para volar en sub-órbita.
Hace menos de una semana, la empresa Orbital Sciences Corporation también vio como una de sus naves explotó en el aire.
"Es un revés, un revés a corto plazo, pero Orbital – tiene programados cuatro lanzamientos más hacia la Estación Espacial Internacional, anticipamos que serán un gran éxito”, dijo Eric Stallmer, presidente de la Federación de Vuelos Espaciales Comerciales.
La NASA también tiene un contrato Espacio X Corporation, una empresa privada con sede en California, cuyo vehículo está programado para enviar carga a la Estación espacial en diciembre.