Es cierto que el sistema político de Perú se encuentra en crisis desde hace varios años, como lo señaló la recién nombrada presidenta Dina Boluarte en un mensaje a la nación el pasado 12 de diciembre.
En el discurso, donde hizo pública la petición de adelantar elecciones, Boluarte dijo: “El sistema político está desde hace varios años en crisis, la representación de los intereses de los ciudadanos cuestionada y la gobernabilidad comprometida (en Perú)”.
En otra parte de su mensaje, agregó: “asumo la presidencia de la República en una situación de crisis política”.
La jefa de estado asumió el 7 de diciembre, después de que el Congreso avaló la vacancia del expresidente Pedro Castillo.
Su mensaje fue transmitido por televisión nacional y por redes sociales. Solo en Facebook cuenta con más de 364,060 reproducciones y tiene más de 24.000 comentarios relacionados.
Crisis en Perú y sus causas
La crisis política en Perú no es nueva. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) reportó en octubre de 2022 que el uso constante de tres figuras constitucionales usadas en el país “tienen el potencial de debilitar la separación y equilibrio de poderes, y de paralizar la gobernabilidad del país, debido a su falta de definición objetiva”.
Estas tres determinaciones son: la acusación constitucional, la vacancia presidencial por incapacidad moral permanente, y la disolución del Congreso por la negatoria de confianza a dos consejos de ministros. Estas figuras de la Constitución de Perú, utilizadas de manera reiterada en los últimos años, han dado lugar a que desde 2016 a la fecha hayan tenido seis presidentes y tres parlamentos.
Uso reiterado de la vacancia presidencial
Rodrigo Gil, politólogo e investigador del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), dijo a la Voz de América que desde 2016 una de las causas de la crisis política de Perú ha sido una serie de enfrentamientos entre el gobierno y el Congreso en las que se comenzó a usar la figura de la vacancia presidencial.
“El enfrentamiento y la beligerancia entre el Congreso y el Ejecutivo estaba instalado por lo menos desde el 2016, cuando Pedro Pablo Kuczynski llegó al poder y desde la oposición en el Congreso, liderada en ese momento por la mayoría fujimorista, empezaron las pugnas permanentes, y se empezó a jugar como no había antes sucedido la carta de la vacancia presidencial”, refirió.
El uso de esta figura, de acuerdo con Gil, llevó a la renuncia de varios presidentes ante la inminente vacancia.
“Por ejemplo, en el caso de Pedro Pablo Kuczynski, él renuncia ante la inminente vacancia. Lo sucede su vicepresidente, Martín Vizcarra, quien luego va a cerrar el Congreso. Después, un nuevo Congreso elegido extraordinariamente, entre comillas, amenazará con la posibilidad de la vacancia y de hecho lo terminará vacando. Aparecerá un nuevo presidente salido en este caso desde el Congreso, Manuel Merino, que luego tendrá que renunciar ante la ola de protestas en el país, dado que se miraba como una elección espuria”.
La CIDH también mostró en años anteriores su preocupación por el uso de la figura jurídica de la vacancia presidencial, la cual ha considerado que carece de una definición objetiva.
Por otro lado, en las últimas tres décadas han sido siete los mandatarios peruanos acusados de corrupción, lo cual se suma a otra de las razones de la crisis política en el país.
Inconformidad de la población
Según la encuesta del Barómetro de las Américas, en Perú la satisfacción con el funcionamiento de la democracia se estimó en un 21 % en 2021, 31 puntos porcentuales menos que en 2012, cuando sumaba 52 %.
“Esta caída del apoyo a la democracia podría estar marcada por el quinquenio político turbulento vivido desde la elección presidencial de 2016 y que continúa luego de la elección presidencial de 2021 en Perú”, señala el informe “Cultura política de la democracia en Perú y en las Américas 2021: Tomándole el pulso a la democracia”.
Una encuesta de diciembre de 2022 del Instituto de Estudios Peruanos señaló que la satisfacción con la democracia en Perú se posicionó en 17 %.
José Luis Inicio Coronado, profesor de Ciencia Política y consultor de IDEA Internacional, dijo a la VOA que “la conexión entre la ciudadanía y su elite política, su representación o la oferta política, se ha ido separando cada vez más”, con menos personas interesadas en votar.
La fragmentación política por otro lado ha aumentado en Perú, con una gran cantidad de partidos. En “la última encuesta previa a la elección de 2021, que es donde salió elegido Pedro Castillo, Pedro Castillo estaba séptimo lugar en las encuestas, Keiko Fujimori estaba en quinto lugar en las encuestas, había un nivel de fragmentación tan alto que todos tenían chances para entrar”, comentó Inicio Coronado.
El especialista recordó que en 2021, Pedro Castillo ganó en primera vuelta con 18% de las preferencias y la segunda vuelta con un margen de error muy cerrado que ante la polarización dio lugar a cuestionamientos sobre las elecciones.
El análisis Perú: Análisis longitudinal de las elecciones presidenciales 2001-2021, determinó que lo que se consideró “comportamiento inusual” en el proceso electoral pasado, ya se había presentado anteriormente.
“Eso viene de más atrás, la población no encontrando canales de representación en ningún partido político”, comentó.
Rodrigo Gil, politólogo e investigador del IEP, dijo que “no hay partidos políticos que puedan ser representativos o que logren ser del todo representativos de la población”.
Según Gil, en Perú la gente detesta a los políticos y al Congreso. “El nivel de aprobación en el Congreso es de menos de 10 puntos, según las últimas encuestas. Entonces en general hay un problema con la representación, con la democracia y con las instituciones en particular que tenemos que viene de hace varias décadas”.
Esto también se confirma en el Barómetro de las Américas, el cual reporta la baja confianza en los partidos políticos en Perú.
Desaprobación de nueva presidenta
Luego de que Dina Boluarte asumiera la presidencia de Perú, en medio de una ola de protestas que han dejado al menos 26 muertos y cientos de heridos y provocado el cierre de carreteras, aeropuertos y un estado de emergencia, se mantiene el descontento y la desaprobación del gobierno.
La CIDH ha reportado un incremento de la violencia en las manifestaciones.
La recién encuesta del Instituto de Estudios Peruanos muestra que solo un 13 % se muestra a favor de que Dina Boluarte se mantenga hasta 2026, en tanto se estima que el 83 % de los peruanos señalan que lo más conveniente es adelantar las elecciones generales.
Casi la mitad de los encuestados, el 46 %, consideran que la situación política con Dina Boluarte como presidenta empeorará, y un 29 % cree que será igual.
Según el reporte del 17 de diciembre del gobierno de Dina Boluarte, la presidenta reafirmó su decisión de adelantar elecciones e indicó que haría nuevamente cambios en el gabinete como parte de una estrategia para menguar las protestas.
“La movilización social no es que responda necesariamente a un vínculo, a un partido, o a una figura", dijo Gil, sino es algo que se ha ido "cuajando, madurando, por una crisis política que ya tiene tiempo”, concluyó.
