En plena calle, entre filas dispersas y mascarillas, la oposición venezolana se dispuso este sábado a expresarse de forma presencial en una consulta popular en contra de las elecciones parlamentarias del pasado 6 de diciembre y del gobierno en disputa de Nicolás Maduro.
“Por aquí los que no se han registrado por Telegram”, se escucha a una voluntaria decir a una fila de un poco más de 20 personas. Otro voluntario, armado con micrófono y corneta, exponía los motivos por los que participar.
En este punto de votación, en una calle de una zona de clase media hacia el suroeste de Caracas, se escuchaba y veía movimiento desde temprano. “Estamos exigiendo un cambio”, explicó a la Voz de América Yeli Mendoza, licenciada en enfermería y colaboradora de la consulta.
“Estamos cansados de la miseria, de la hambruna. El sueldo no alcanza. Tenemos necesidades. Tenemos niños que mantener”, agregó.
Mendoza explicó que durante la mañana el punto estuvo “movido" pues “la gente está cansada”, afirmó. Detalló que de un lado había una fila de personas, por lo general mayor, que vinieron a participar de forma presencial. Mientras que en la otra, donde se veía menos gente, la gente entregaba su código de participación de forma digital.
“Deseamos la ayuda internacional. No podemos salir de este gobierno sin ayuda internacional”, afirmó Mendoza al ser cuestionada sobre los resultados de esta convocatoria.
Martin, quien solo se identificó por su nombre, era una de las personas que buscaba participar en el punto donde colaboraba Mendoza. Comentó a la VOA que llevaba unos 10 minutos haciendo la fila, pero que la gente estaba “animada”.
Expuso que decidió participar en la consulta popular pues: “como venezolano, soy consciente de que esta situación de opresión e injusticia, inequidad y maldad. Esto no puede continuar”.
Aunque no es del todo optimista sobre lo que podría lograse, destacó que “por lo menos se eleva la voz”. “El detalle es que no sé si esa voz tiene posibilidad de ser escuchada, pero por lo menos se eleva”, sostuvo.
Más hacia al oeste de la capital, en una urbanización cercana a la populosa barrida de La Vega, había otro punto de participación a las afueras de un pequeño centro comercial, donde la cola de poco más de diez personas de la consulta popular se confundía con los transeúntes y vendedores ambulantes.
“Esto no se aguanta. Es una situación demasiado difícil y por más que uno trabaje, el dinero no le alcanza”, explicó a VOA Noticias Albert Mosqueda, un joven de 30 años que, con pasaporte en mano, se disponía a participar.
Consideró que, con esta iniciativa, al menos “se sigue haciendo el intento”. Mosqueda pide a la comunidad internacional que “no se hagan los ciegos con la situación del país”.
En este punto de participación, una de las colaboradoras tenía algún tipo de gel para lavar la mano y otra un termómetro, mientras guiaban a las personas de la fila.
Adriana Montilla, una de esas colaboradoras, expuso que la gente tuvo “mucha receptividad”. Destacó que los que participaban sabían por qué lo estaban haciendo.
“Tengo una hija pequeña y quiero que mi hija viva en un país como el que yo tuve, o mejor”, comentó.
Rapidez en el calor zuliano
Roxana Rodríguez, de 24 años, estudiante de Arquitectura, dice haber estado divorciada de la política debido durante años por la crisis nacional. Motivada por una amiga con la que vive, acudió a un centro de participación de la consulta en el norte de Maracaibo, la ciudad más poblada del país, capital de Zulia.
“Me vengo enterando [de cómo participar]. Intenté desligarme, me aislé completamente de la política por un tema de ‘situación país’, que abruma a todo el mundo”, confió a la Voz de América, a unos metros de dos cajas de cartón donde los electores introducen pequeños papeles blancos con sus respuestas a la consulta popular.
Siente que se desesperanzó por las constantes “marañas” o trampas del chavismo en procesos electorales. Este sábado, bajo la sombra de un toldo de loneta y con temperaturas que rozaban los 35 grados, se sumó de nuevo al activismo que antes conoció como militante de un partido opositor.
“Es otra forma de protesta. Es como decir, ‘yo estoy aquí’. La gente no pierde la esperanza. Tengo que dar mi grano de arena por los que estamos ahorita y por los que vienen”, aseguraba, poco antes de registrarse ante los coordinadores de la mesa de la consulta y contestar sus preguntas.
En Maracaibo, la oposición instaló 159 centros de consulta en centros comerciales, canchas deportivas o plazas de comunidades clave. En Zulia, una región antes rica en producción petrolera, habilitaron 416 puntos para la participación de 2,5 millones de electores, según los promotores.
Eduardo Vale, coordinador regional del partido Voluntad Popular, se mostró optimista por los niveles de participación en el estado y cree que se habían superado las expectativas. Las filas de electores en los centros, sin embargo, distaban de la masiva asistencia de la consulta celebrada en julio de 2017.
Quienes acudieron a la convocatoria opositora manifestaron su deseo de que la consulta, junto a la abstención en la elección parlamentaria del domingo, represente un giro en la política interna para, finalmente, mejorar el país.
No pierdo la esperanza de que se haga algo con esto”
Edwin Hernández
“¿Te parece poco los 20 años que tenemos llevando maltrato del gobierno, la inflación, la economía, el desastre que hay? No pierdo la esperanza de que se haga algo con esto”, manifiesta Edwin Hernández, venezolano, de 39 años.
Luis Rubio, comerciante, de 21 años, entiende su participación en la consulta como si fuese a “alzar la voz” en contra del gobierno en disputa de Nicolás Maduro, a pesar de que se declara “cansado” de los embates de la economía, los pésimos servicios públicos y hasta de la misma política.
“El que usurpa el gobierno juega con las calamidades de todos los venezolanos. Estamos alzando la voz para manifestar nuestra voluntad de cambio. Es una opción para generar un cambio en este 2021”, afirma, esperanzado, antes de doblar e introducir su papelito en la caja con la inscripción “presencial”.