Para millones de venezolanos, a diferencia de otros años, llenar sus mesas este diciembre con los platos típicos de las festividades navideñas se ha vuelto un lujo inalcanzable.
Años atrás, en estas fechas, la mayoría de los trabajadores solían pasar el tiempo invirtiendo el dinero de sus utilidades en los llamados “estrenos para Navidad” (ropa para estrenar en la cena de nochebuena o cena de año viejo), haciendo mejoras en sus hogares, comprando regalos o sencillamente en los ingredientes para los platos típicos.
Este año el panorama es muy diferente. Muchos no pueden continuar con sus tradiciones por no ganar lo suficiente y se ven obligados a protestar a pesar de la amenaza latente de COVID-19.
Un grupo de jubilados y trabajadores públicos acudió el miércoles a las inmediaciones de la sede de la vicepresidencia de la República, en la capital venezolana, para exigir reivindicaciones salariales y laborales, así como la liberación de diversos dirigentes sindicales que han sido detenidos por hacer públicas las exigencias y denuncias del sector.
Eduardo Sánchez, presidente del sindicato de trabajadores de la Universidad Central de Venezuela, detalló que la mayoría de los empleados públicos no están en capacidad de cubrir las más mínimas necesidades básicas.
“Nosotros no tenemos navidades. Las navidades son una cuestión de tristeza porque no tenemos con qué regalarle un carrito de juguete a los niños, un carrito de plástico chino”, dijo.
“No hay porque todo está dolarizado y el salario de los trabajadores sencillamente están en bolívares soberanos y no ganamos. Un trabajador que gana un dólar al mes mientras la cesta básica vale 300 dólares es un trabajador que está en condiciones de miseria critica”, agregó.
Consultados por la Voz de América en las calles de Caracas, varios ciudadanos coincidieron en que sus ingresos no les alcanzan para subsistir, como comentó entre lágrimas la enfermera Fanny Hernández.
“El sueldo no da. Nosotros vamos por vocación a nuestra profesión porque de verdad nosotros no recibimos el sueldo como debe ser, porque es una miseria. Yo tengo otro trabajo y con eso me ayudo”, dijo.
Yajaira Flores es jubilada del ministerio de Finanzas y sostiene que el gobierno “no le va a dar, ni pernil (pierna de cerdo que se consume tradicionalmente en diciembre) ni nada”, luego de asegurar que le “quitaron” los bonos que cobraba anteriormente.
“Ni siquiera nos dejan entrar al ministerio a hacer nuestras diligencias. No me parece, nosotros duramos 29 años prestándole servicio al ministerio y no nos merecemos que nos traten así”, declaró.
De acuerdo con la encuesta sobre condiciones de vida, el 96% de los hogares venezolanos sufre una pobreza de ingresos y el 79,3% se encuentra en pobreza extrema, algo nunca antes visto en el país, que cumple 37 meses de hiperinflación.