Diez de los principales partidos políticos de oposición en Venezuela anunciaron esta semana la “reconfiguración” de la coalición contra el gobierno de Nicolás Maduro para lograr ayuda humanitaria y elecciones libres, incluidas ahora las votaciones para gobernadores y alcaldes.
Los movimientos, aliados de Juan Guaidó, considerado como presidente interino de Venezuela por al menos 50 gobiernos del mundo, entre ellos Estados Unidos, anunciaron que la decisión nace de la urgencia de “mejorar y reforzar la necesaria articulación” de partidos y la sociedad civil ante la “inmensa crisis” que agobia al país.
Acción Democrática, Voluntad Popular, Un Nuevo Tiempo, Primero Justicia, La Causa R, Encuentro Ciudadano, Movimiento Por Venezuela y Proyecto Venezuela divulgaron un comunicado conjunto en el que precisan que liderarán una toma de decisiones “más útil, amplia, influyente, efectiva, asertiva y operativa” para alcanzar sus objetivos, entre ellos la transición política.
Los diez partidos admiten que es necesaria “una mayor unidad para derrotar a la dictadura y alcanzar soluciones para los venezolanos”. Esa nueva dirección opositora supone una ampliación del liderazgo que ha prevalecido en los últimos años de lo que en los predios políticos venezolanos se conoce como el “G4”, conformado por los cuatro principales partidos del país.
Según anuncian, aprobaron un reglamento interno de la nueva alianza de partidos para tomar decisiones y coordinar a un compendio de cerca de 40 movimientos políticos opuestos a Maduro.
Reivindican esa composición de la directiva con base en las “estructuras organizacionales, presencia territorial, votación histórica, respaldo popular, escaños parlamentarios e interlocución internacional” de esos partidos.
Como objetivos primordiales, citan “las medidas de atención prioritaria ante la inmensa emergencia humanitaria” y la celebración de elecciones presidenciales, parlamentarias, regionales y municipales.
La acotación es inédita, pues la oposición había demandado reciente y públicamente votaciones para renovar solo los cargos en la Presidencia y la Asamblea Nacional, no de gobernaciones y alcaldías.
Esa nueva coalición, que aún no identifican con un nombre en particular, abriría la posibilidad de que la oposición cuente con una tarjeta unitaria en elecciones venideras. El Tribunal Supremo de Justicia vetó la anterior, usada en 2015.
"Distancias" y desencuentros
El comunicado puede interpretarse como una expresión del bloque político originado en la Asamblea Nacional electa en 2015, que encabeza Guaidó, opina Eglée González-Lobato, especialista en asuntos electorales venezolanos.
Lo interpreta como una manifestación de la unidad que tanto han exigido actores de la comunidad internacional, como Estados Unidos, y se centra en la figura de Guaidó como máximo líder de esa oposición, subraya.
“Pareciera que esta propuesta pretende fortalecer ese bloque de partidos de la AN de 2015 frente a unas negociaciones que, aún en estado embrionario, pueden conllevar a acuerdos más adelante”, apunta a la Voz de América.
La oposición que apoya a Guaidó no ha ventilado mayores detalles sobre el alcance de este nuevo bloque. El joven político mencionó que los objetivos primordiales son “salir de la tragedia para tener elecciones libres y justas”.
“Con la mayor y mejor unión vamos a cumplir con el mandato de más de seis millones de venezolanos que se expresaron el pasado 12 de diciembre [consulta popular]. En unión, hemos avanzado”, escribió este martes en Twitter.
La oposición venezolana no ha alcanzado el “cese de la usurpación” de la Presidencia de parte de Maduro, como prometió hace dos años y medio.
El politólogo Pablo Andrés Quintero recuerda que la oposición venezolana anunció en septiembre de 2020 un pacto estratégico contra Maduro con el apoyo de 36 partidos y 105 organizaciones de la sociedad civil. Se pregunta por qué el comunicado de esta semana incluye a solo 10 movimientos.
“¿La oposición en ese momento contaba con el apoyo de todas organizaciones? Si la respuesta es sí, entonces perdieron el respaldo de más 50 por ciento de las organizaciones. Si la respuesta es no, ¿fue un respaldo verdadero o se le mintió a los venezolanos con un respaldo inexistente?”, especifica el crítico a la VOA.
Comunicado "vago" y "escueto"
Quintero, especialista en comunicación política, valora el contenido del comunicado publicado el martes pasado como “vago” y fustiga su presentación -de noche, sin “estética”, una “mamarrachada”, según lo describe.
Conjetura que se trata de un primer paso para presentar la nueva plataforma electoral de la oposición, con Guaidó a la cabeza, para intentar ganar 23 gobernaciones y 335 alcaldías en los meses por venir. “No propone nada, deja muchas dudas. Sigue siendo más de lo mismo”, advierte.
Andrés Caleca, expresidente del Consejo Nacional Electoral y vocero de la sociedad civil venezolana, coincide en que el comunicado es “muy escueto” y dice entenderlo hasta cierto punto.
“Hay detalles, discusiones internas que exponerlos no tienen ningún sentido. Lo que está escrito va en buen camino, pero no hay una foto, un vocero que hable en nombre de todos los dirigentes, son cosas que se echan de menos sobre todo por el desánimo que hay en el mundo opositor venezolano”, comenta.
González-Lobato, directora de la cátedra libre Democracia y Elecciones de la Universidad Central de Venezuela, duda que la aparición de una mención de comicios regionales en el comunicado revele que se participará definitivamente en ellas. “Pareciera que prela (está por encima) ese orden” de presidenciales y parlamentarias antes que votaciones de gobernaciones, por ejemplo, acota.
Considera que otra de las razones del relanzamiento del bloque opositor fueron las “distancias” evidenciadas dentro del llamado “G4” sobre asuntos como las elecciones regionales. “Para este bloque, era un imperativo mantener la unidad y refrendar ese apoyo a Guaidó como un líder internacional. Es una medición de fuerzas, un desafío ante quienes disienten o tienen reservas”, observa.
Caleca, por su parte, espera que lo anunciado derive en una “unidad orgánica”, parecida a la lograda en la extinta Mesa de la Unidad Democrática, que en 2015 lideró el camino hacia un triunfo electoral en la Asamblea Nacional.
Dice entender el eventual retorno opositor a la vía electoral si ello permite fortalecer la organización política, promover liderazgos, combatir ideológica y culturalmente al oficialismo. Pero, advierte, el primer paso es “la unidad”.
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