Las familias venezolanas intentan mantener la tradición de comer hallacas en Navidad, a pesar de la crisis económica y de la dolarización de sus ingredientes. En algunos hogares se optará por una versión más delgada del plato emblema de las fiestas decembrinas.
Con menos abundancia que años atrás, en la mesa de Milagros Díaz no faltarán las hallacas.
"En años anteriores tú podías hacer en una familia, cuando estaban todos los miembros de la familia, 200 hallacas y nadie que te fuese a visitar se iba sin por lo menos llevarse dos hallacas. Hoy en día, con los costos, eso no es viable”, comenta Díaz a la Voz de América.
Al menos 12 ingredientes se necesitan para preparar esta especie de tamal envuelto en hojas de plátano, relleno con un sofrito de diferentes carnes que forma parte de la gastronomía navideña en Venezuela.
Milagros decidió comprar parte de estos productos en octubre para sobreponerse al volátil aumento de precios. "Los costos todas las semanas te cambian”, afirma.
Cree que los venezolanos se niegan a renunciar a este sabor en un año marcado por el confinamiento y las malas noticias
"Yo pienso que la gran mayoría de los venezolanos quiere hacer hallacas para sentir, por lo menos, que no perdió todo lo de la Navidad”, explica Díaz.
Algo en lo que coinciden muchas familias.
”Es difícil, pero si puedo, hago algo, porque la tradición de la casa en Navidad es una hallaquita en la mesa. Si antes hacía 40 ahora haré 20 ó 15. Las que pueda. Tratar de estirar los realitos para ponerles los ingredientes como son”, expone Juana Delgado, otra ciudadana consultada por la VOA.
Para seguir la costumbre decembrina, algunos cambiarán la receta de sus hallacas. Es el caso de Elca Anselmi, quien comenta que su tradicional plato llevará "menos carne, poquito cochino, todo reducido”.
La pérdida de empleo, producto de las restricciones comerciales en medio de la pandemia, y la inflación de 3 mil por ciento según la Asamblea Nacional, hacen que en otros hogares de Venezuela el tradicional plato de Navidad penda de un hilo
En el caso de José Abreu, es la primera vez que no logra reunir suficiente dinero para comprar los materiales de la también conocida como multisápida.
“Estoy esperando que llegue dinerito extra por ahí con algún trabajito que salga para ver si las podemos hacer. Diciembre sin hallacas no es diciembre”, comenta a VOA Noticias.
