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Expulsión de embajadora europea entorpece negociaciones en Venezuela


La embajadora de la Unión Europea en Venezuela, Isabel Brilhante Pedrosa, se marcha tras una reunión con el canciller de Venezuela, Jorge Arreaza en la sede de la Cancillería en Caracas. Febrero 24, 2021. Foto: Reuters.
La embajadora de la Unión Europea en Venezuela, Isabel Brilhante Pedrosa, se marcha tras una reunión con el canciller de Venezuela, Jorge Arreaza en la sede de la Cancillería en Caracas. Febrero 24, 2021. Foto: Reuters.

Expertos notan un “círculo vicioso” sin fin en la dinámica entre Europa y Venezuela. Atribuyen la medida al alejamiento de Nicolás Maduro del Pragmatismo, que podría cerrar la puerta a unas negociaciones con Bruselas de epicentro.

La expulsión de la embajadora de la Unión Europea en Venezuela constituye un acto diplomático “insólito” que entorpece la posibilidad de la mediación del bloque para una salida consensual, multilateral y electoral en el país suramericano, opinan analistas.

Jorge Arreaza, canciller del gobierno de Nicolás Maduro, citó el miércoles de esta semana a Isabel Brilhante, embajadora de la Unión Europea en Caracas, para entregarle personalmente una carta de “persona non grata” y notificarle que debía abandonar el país en las siguientes 72 horas.

La decisión ocurrió dos días después de que la Unión Europea sancionara a 19 funcionarios venezolanos por sus roles en las elecciones parlamentarias de diciembre, que desconoce por ilegítimas. En total, el bloque de países ha sancionado a 55 venezolanos por su papel en violaciones de derechos humanos.

El propio Maduro, luego del anuncio de Arreaza, reivindicó su postura al afirmar que con los europeos no habría “ningún trato” ni diálogo si no respeta la soberanía Venezuela ni se retracta de sus posiciones sobre su gobierno.

El oficialismo venezolano había expulsado hace solo ocho meses a Brilhante, de origen portugués, pero se retractó tras conversaciones con el Alto Representante para asuntos exteriores del bloque de 27 países, el español Josep Borrell.

Luis Angarita, docente universitario experto en relaciones internacionales, destaca que la decisión de la diplomacia venezolana implica un enfrentamiento al consenso de 27 países miembro de la Unión Europea, incluso de aquellos que han abogado por dejar un margen amplio de conversaciones con el madurismo.

“El canciller enfocaba sus declaraciones en Alemania, Países Bajos, España, que tratan de construir el consenso (en Europa sobre Venezuela), pero para la UE es un ataque a toda la institución”, comenta en entrevista con la Voz de América.

Angarita recuerda que la Unión Europea adquirió relevancia para cumplir un rol fundamental en la búsqueda de una salida a la crisis política venezolana. La expulsión de Brilhante obstaculiza esas posibilidades, opina.

¿Más expulsiones?

La gran pregunta es si Maduro piensa “quemar todos los puentes” con la Unión Europea mediante la expulsión de los delegados diplomáticos en Caracas de países clave del bloque, como Alemania, Francia o España, advierte Alfredo Michelena, sociólogo y diplomático con especialidad en asuntos económicos.

“No creo que se atreva”, dice a la VOA el experto, a la vez que subraya que la aproximación mundial al caso venezolano vive una segunda etapa, posterior a la presidencia del estadounidense Donald Trump, donde se debate activamente la oportunidad de negociaciones sobre elecciones libres con Europa de epicentro.

Si expulsa al resto de embajadores del bloque europeo, Maduro estaría concretando “el gran zarpazo” para aislarse y controlar el país con puño férreo, contrario, incluso, al pragmatismo cubano, estima Michelena.

Nota presiones dentro de la Unión Europea para adoptar posturas “más duras” contra Maduro a raíz de sus recientes persecuciones a líderes opositores, como Juan Guaidó, considerado presidente interino de Venezuela por 50 gobiernos.

La expulsión de Brilhante es un acto diplomático “realmente insólito, inaudito”, según valoró Juan Francisco Contreras, especialista en relaciones internacionales.

El destierro de una misma embajadora en dos oportunidades en ocho meses puede no tener precedentes en la historia diplomática, considera. “Es lamentable. El país queda mal parado”, comenta a la Voz de América.

Recalca la decisión de la cancillería madurista como extraordinaria, en un país con semejante historial de inmigración europea. “La expulsión es considerable, ya que están a un paso de romperse las relaciones diplomáticas”, examina.

"El círculo vicioso"

Contreras estima que “el paso serio” que debió tomar Maduro es investigar las denuncias de Europa contra esos 19 funcionarios sancionados.

La expulsión “coloca al país cada vez más aislado de la comunidad internacional y lo pone al país de violadores de los derechos humanos”, concluye.

Coincide con que la medida aleja a Venezuela de una posible colaboración de los europeos en la resolución de la problemática nacional.

Opina que la cancillería actual “no entiende los usos ni la costumbres” de la diplomacia y precisa que la mayoría de sus integrantes no tienen experiencia en asuntos internacionales. “Y se cometen este tipo de errores”, apunta.

Michelena indica, por su parte, que la diplomacia chavista decidió hace muchos años reubicar al país en la escena internacional, mucho más cercano a “Rusia, China, Turquía y todo país de tiranillos”, y distante del mundo occidental.

Angarita, por su lado, observa un “círculo vicioso” sin fin en la dinámica entre Europa y Venezuela, donde el último genera una acción política que mina la democracia, el primero sanciona a los individuos responsables de esos pasos y ocurren entonces retalaciones como la expulsión de Brilhante.

No descarta que haya un espacio para que se reduzcan las tensiones entre Caracas y Bruselas, si bien parecieran hoy hervir las hostilidades.

Cita, en ese contexto, un dicho europeo que recomienda no responder con cañones a un tiro de escopeta. Es el principio diplomático de la proporcionalidad. En caso contrario, “recoger eso será difícil”, advierte.

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