Al costado de la principal autopista de Caracas, Deiver Parra intenta poner en marcha su camioneta pick up Chevrolet, fabricada en 1988. Quedó averiada hace un par de días, por una falla en la bomba de inyección de gasolina, pero Parra aún no ha podido repararla, pues el repuesto cuesta el doble de lo que él gana movilizando mercancías.
Por ello, ha recurrido a una improvisada y peligrosa maniobra para continuar rodando: cargar con combustible un recipiente de plástico de 5 litros y conectarle una manguera de goma al motor. Así se moviliza por distancias cortas en la ciudad, siempre que lo acompañe alguien que sostenga ese recipiente, pues de estar solo, sería imposible continuar con éxito el trayecto.
"Esto me resuelve solo por 15 minutos hasta que llegue a la casa, pero no es una solución definitiva", explica Parra, mientras se limpia las manos llenas de grasa con un vieja camisa.
Detrás de la camioneta de Parra, otro auto se ha estacionado con las luces de emergencia encendidas. En Venezuela, a menudo se ven vehículos accidentados en las vías, pues el parque automotor ha envejecido tanto que es frecuente ver carros de los años 80 y 90, pues la mayoría de la población no tiene la posibilidad económica de comprar modelos nuevos y porque la oferta es mínima.
De acuerdo con el presidente de la Cámara de Fabricantes de Autopartes (FAVENPA), Omar Bautista, en el país petrolero, del total de 4 millones y medio de autos circulando, apenas 30.000 tienen menos de 5 años.
"La edad promedio (del parque automotor) es de 22 años. Un parque totalmente envejecido. En Estados Unidos, el parque automotor es de 11 años. Nosotros tenemos el doble de envejecimiento que ellos, y lo más grave es que 50 por ciento del parque tiene más de 15 años", explica Bautista a la VOA.
FAVENPA advierte que en 2020 solo se ensamblaron 107 vehículos. La cifra que comenzó a caer en 2009, debido a los retrasos del gobierno en entregar divisas a la industria automotriz para importar piezas. Hoy, las principales plantas de General Motors, Ford y Chrysler - entre otras- están cerradas.
"El ensamblaje en Venezuela desapareció. Este año solo ensamblamos un vehículo. La opción es importar ", acota.
Pero importar está limitado para un mínimo de venezolanos con capacidad de gastar, al menos, 20.000 dólares. El resto, debe buscar un carro de segunda mano. Incluso, los concesionarios de reconocidas marcas exhiben autos usados.
En 2019, el presidente Nicolás Maduro planteó recuperar la industria y dijo que la nación estaba en capacidad de producir 210.000 vehículos al año.
"Voy a lanzar el motor automotor, para activar todo la capacidad productiva automotriz de Venezuela", anunció Maduro entonces.
Sin embargo, los mismos carros viejos continúan moviéndose por el país y, por el kilometraje que acumulan, a menudo tienen desperfectos y fallas en sus partes.
"Los clientes no tienen la posibilidad de pagar en este momento, por el costo de la reparación, y muchos de ellos deciden dar el carro por perdido, porque no vale la pena repararlo. Yo tengo carros que tienen hasta tres años aquí, porque las personas los repararon y después no tenían plata para pagarlos", detalla Gino Fileri, presidente de la Cámara Nacional de Talleres Mecánicos.
Por ello, los estacionamientos de edificios y vecindarios parecen cementerios de polvorientas chatarras, donde también se guardan las esperanzas de sus dueños de ponerlas a andar de nuevo.
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