Los detalles oficiales sobre el proceso de inmunización contra el COVID-19 en Venezuela siguen siendo escasos y el panorama continúa generando preocupación en la población, que enfrenta una emergencia humanitaria compleja agravada por la pandemia.
No hay datos actualizados sobre el número de personas que han sido inmunizadas con algunas de las 880.000 vacunas Sputnik V y Sinopharm que han llegado al país, una información que, de acuerdo con Alejandro Crespo, presidente de la Sociedad Venezolana de Pediatría filial Aragua, debería ser divulgada al menos semanalmente.
La más reciente actualización de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), refleja que hasta el 31 de marzo, “según fuentes oficiales, 98.000 trabajadores de la salud habían sido inmunizados con la Sputnik V”.
Consultado por la Voz de América, Crespo estima que tendrían que administrarse unas 150.000 dosis diarias para completar las inmunizaciones y alcanzar la denominada inmunidad de rebaño antes de que termine 2021. Para ello, dijo, es necesario agilizar el proceso de vacunación.
“Si seguimos un ritmo de 15.200 dosis de vacunas administradas al día, necesitaríamos más o menos 7 años para administrar dos dosis de vacunas al 70% de los adultos de Venezuela, sin contar a los niños que en algunos lugares del mundo ya se están vacunando”, explicó Crespo. “Si no se acelera muy rápidamente este ritmo, difícilmente logremos el 20% de la población adulta vacunada al final del 2021”.
¿Cuándo podrían llegar?
El fin de semana el ministro de salud, Carlos Alvarado, aseguró, sin dar más detalles, que esperan que entre julio y agosto lleguen las vacunas del mecanismo COVAX a Venezuela.
“Buscar todas las alternativas posibles que tenemos en el mundo para el acceso a las vacunas, inicialmente los convenios bilaterales, el primero que firmamos con Rusia, pero también acuerdos con China, acuerdos con Cuba, la búsqueda a través del mecanismo COVAX”, declaró al canal del estado.
A juicio de Crespo, la llegada de los fármacos dependerá de “la adecuación técnica del país desde el punto de vista de la infraestructura para transporte, almacenamiento y administración, y lamentablemente de la decisión política de dejar o no entrar la vacuna al país”.
La semana pasada, el presidente Nicolás Maduro anunció que su gobierno completó el pago adeudado al mecanismo COVAX para adquirir unos 11 millones de vacunas y descartó recibir dosis de AstraZeneca argumentando las “complicaciones” presentadas en otros países.
Sin embargo, posteriormente, y a pesar de que se registraron algunos casos de trombos, el presidente del Parlamento de mayoría chavista, Jorge Rodríguez, dijo que están interesados en las vacunas de Johnson & Johnson.
“Hubo un cierto ruido con la vacuna de Johnson & Johnson. Esa es la vacuna que estamos buscando en este momento”, dijo.
“Tenemos que esperar qué dicen los estudios después que aparecieran esos casos”, añadió en una entrevista de la agencia Reuters.
Una decisión política
Consultado al respecto, Crespo sostiene que Venezuela ya podría haber recibido las vacunas de AstraZeneca, pero “por una decisión que no es técnica ni científica, sino una decisión política, eso no está sucediendo”.
“Con la vacuna de Janssen está sucediendo algo similar (…) el riesgo de trombo por alguna de las vacunas es bajísimo, los beneficios superan con creces alrededor de 600 veces el riesgo, entonces esta no es una razón para no permitir la entrada de una vacuna”, puntualiza.
“Los efectos adversos parecen ser similares. La vacuna de Johnson & Johnson no entró en el portafolio de COVAX tan pronto como lo hizo AstraZeneca. Voceros de CEPI, GAVI y OMS han estimado que quizás pueda estar disponible entre julio y agosto, mientras que ya se han entregado más de 40 millones de dosis de Oxford-AstraZeneca”, subraya Crespo.
En este sentido, la Academia Nacional de Medicina expuso en un boletín divulgado el 26 de abril que, si bien estudios clínicos de varias vacunas publicados en revistas científicas internacionales ya han demostrado una alta eficacia de todas, “algunos rebuscan argumentos para retrasar el ingreso de dichas vacunas”.
En varias ocasiones, representantes de las sociedades científicas venezolanas han solicitado que se permita la llegada de las vacunas y expresado su disposición de colaborar en la ejecución de un programa de vacunación masiva que “ayude a salvar vidas”.
Venezuela es uno de los países que presenta uno de los ritmos de vacunación más lentos y mantiene una de las tasas de letalidad de personal sanitario más elevada de la región, según cifras de Médicos Unidos por Venezuela.
¡Conéctate con la Voz de América! Suscríbete a nuestro canal de YouTube y activa las notificaciones; o bien, síguenos en redes sociales: Facebook, Twitter e Instagram.