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Legado de Chávez ensombrece a Venezuela


El oficialismo exhibe la figura o el rostro Chávez por todas partes como señal de que el chavismo “vigila”.
El oficialismo exhibe la figura o el rostro Chávez por todas partes como señal de que el chavismo “vigila”.

Un año después de la muerte de Hugo Chávez, con el país de mal en peor, el presidente Nicolás Maduro se aferra al timón del socialismo bolivariano en medio de una tempestad popular.

Venezuela conmemora este miércoles el primer aniversario de la muerte del “comandante eterno” Hugo Chávez teniendo como telón de fondo una agudizada crisis económica y semanas de protestas antigubernamentales que han dejado al menos 18 muertos y un sinnúmero de heridos y detenidos.

El presidente venezolano Nicolás Maduro rendirá honores a la memoria de su mentor político, a quien él venera como un apóstol del “Socialismo del siglo XXI”, con un desfile y acto central en el denominado Cuartel de la Montaña, un museo militar cerca de la casa de gobierno donde reposan los restos de Chávez.

No hay discurso ni acto político oficial en el que Maduro no haya invocado con adoración casi religiosa la imagen de Chávez, cuyo mausoleo visita todos los días 5 de mes (fecha en marzo de su muerte) mientras la figura o el rostro del exgobernante tapizan vallas y fachadas oficiales como advertencia de que el chavismo “vigila”.

Maduro decretó que las conmemoraciones duren 10 días, además del largo feriado dispuesto el fin de semana por el gobierno para tratar de desvirtuar las manifestaciones populares, pero los estudiantes y opositores siguen en las calles reclamando un país diferente al que Chávez impuso y que cada día parece escapársele más de las manos a Maduro.

Fueron la inseguridad ciudadana y los altos índices de criminalidad los que desencadenaron hace tres semanas las protestas, inflamadas además por la aguda escasez de artículos y alimentos básicos, la mayor inflación de América Latina, y la falta de libertades, puesta de manifiesto una vez más como añadido con la brutal represión del gobierno a los manifestantes.

A pesar de contar con las mayores reservas de petróleo del mundo, el país se ha ido empobreciendo a pasos agigantados y luego de quince años de chavismo la producción está depauperada, según destacan los economistas, debido a la política de estatización y expropiaciones emprendida por Chávez y proseguida por Maduro.

Las autoridades culpan de las calamidades económicas al capitalismo y a Estados Unidos, y de la escasez a la burguesía y a los “enemigos” del país, un escenario idéntico al que invocaron en Cuba Fidel y Raúl Castro, quienes no fortuitamente desde el primer día están unidos por un cordón umbilical a la revolución bolivariana.

Maduro ha hecho una convocatoria nacional de paz pero no ha dejado de exclamar que Venezuela está en “guerra” ni ha cesado de tildar de “fascistas” a quienes no lo apoyan, por lo que la oposición agrupada en la Mesa de la Unidad Democrática no ha considerado auténtica su propuesta de diálogo.

Lo cierto es que un año después de muerto el “comandante”, el clamor de cambio de los estudiantes y la sociedad civil en las calles, refrendado con sangre, no le deja a Maduro mucho espacio para maniobrar.

La víspera, miles de jóvenes, vestidos de blanco portando pancartas contra Maduro volvieron a desfilar en la capital coreando consignas antigubernamentales, entre ellas la de “Te queremos Venezuela, te queremos de verdad”.
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