En el mundo, las medidas de confinamiento por el coronavirus han acercado cada vez más a los ciudadanos a buscar entretenimiento en redes sociales y plataformas de televisión como Netflix, pero este no es el caso de los venezolanos, quienes ven cortadas sus comunicaciones por los constantes cortes eléctricos.
“Se va la señal y perdemos todo contacto con nuestros familiares", dijo Liana Meleán, a la Voz de América mientras hacía fila para entrar en un supermercado en Caracas. En decenas de zonas de Venezuela, cuando hay un apagón, los teléfonos móviles quedan sin servicio de Internet y de llamadas.
"Eso da ansiedad, da preocupación. Estoy toda como ve en mi cara: sumamente preocupada”, reflexionaba Meleán mientras esperaba su turno para comprar.
El occidental y petrolero estado Zulia lleva los últimos dos años siendo el más castigado por las fallas en el servicio y con cronogramas de racionamiento de entre 3 y 8 horas diarias. Sin embargo, quienes residen en esa región advierten que los horarios se incumplen y es mucho más el tiempo que pasan sin luz.
"Estamos cansados. Queremos dormir. Queremos descansar. Aparte de esta cuarentena, también estamos sin electricidad. Esto no es justo", gritaba María López en un caserío zuliano, donde las temperaturas superan los 37 grados centígrados, por lo que los sistemas de ventilación no son un lujo.
Según el comité de afectados por apagones, entre marzo y abril, meses en los que Venezuela ha estado en cuarentena, se han registrado 19 mil fallas eléctricas. “Los usuarios pasan 12, 14 y hasta 24 horas sin luz. No podemos estar así. Es inhumano”, lamentó la presidenta de esta organización, Aixa López.
El más reciente apagón, durante la cuarentena, se reportó simultáneamente en 10 estados del país. El gobierno en disputa de Maduro lo atribuyó a un ataque en las líneas de transmisión de energía, y ese ha sido su argumento recurrente cuando las interrupciones eléctricas afectan varias ciudades al mismo tiempo.