Los que se oponen al gobierno de Nicolás Maduro han hecho sonar las alarmas por el viaje a Qatar de la vicepresidenta Delcy Rodríguez, quien llegó el domingo a Doha para participar en la inauguración y algunos actos vinculados al Mundial de Fútbol.
Los críticos sostienen que Rodríguez viajó 12.400 kilómetros para asistir a un evento deportivo en el que Venezuela no tiene competidores porque no clasificó. La funcionaria asistió a la apertura de la Copa y al partido entre el país anfitrión y Ecuador, de acuerdo a la agencia de noticias de esa nación.
Viajó con una delegación cuyos integrantes no fueron revelados y la recibió en el aeropuerto el canciller del país organizador y el embajador ante esa nación, Carlos Mata Figueroa, un general retirado que fungió en el pasado como ministro de Defensa y comandante del Ejército venezolano.
La llegada de Rodríguez a Qatar siguió a la defensa que hizo a través de un comunicado el gobierno de Venezuela días atrás a la selección de esa nación árabe como sede de la Copa del Mundo, en medio de las críticas internacionales a la decisión debido a las denuncias sobre privación de derechos humanos de larga data.
"A pocos días de iniciar el mundial de fútbol de fútbol queremos rechazar categóricamente las fuertes críticas a las que se ha enfrentado el Estado de Qatar que pretenden sabotear y opacar el arduo trabajo realizado por la nación del Golfo", escribió en su cuenta de Twitter Carlos Faria, ministro del Poder Popular para Relaciones Exteriores.
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Antes de llegar a Qatar, Rodríguez estuvo en Ginebra, donde volvió a criticar ante el sistema de Naciones Unidas contra lo que describe como “el bloqueo criminal” a Venezuela, en alusión a las sanciones económicas aplicadas por Estados Unidos.
La agenda de Rodríguez el lunes en Qatar incluyó su asistencia a la inauguración de un proyecto de la Confederación Suramericana de Fútbol, conocido como “árbol de los sueños”.
“[El proyecto] estará abierto a todos los fanáticos que deseen conocer la historia, la esencia y grandeza del fútbol sudamericano”, dijo la funcionaria. También aprovechó para felicitar a Qatar por lo que llamó una “extraordinaria participación del primer mundial tecnológico de fútbol”.
El gobierno no ha precisado públicamente cuándo regresará Rodríguez a Venezuela o si participará en otras reuniones o visitas en su gira en el extranjero antes de volver a Caracas.
Los argumentos de los críticos
La oposición venezolana sostiene que el viaje de Rodríguez no se sostiene por varias razones.
Juan Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela por 50 gobiernos desde 2019 y quien suele referirse a Maduro como “dictador”, acusó a Rodríguez de “hacer turismo con los recursos usurpados de los venezolanos”.
“De La Haya, donde tiene que responder ante la justicia internacional por estar señalados por crímenes de lesa humanidad, a Qatar, (un país) cuestionado por violaciones de derechos humanos”, escribió en Twitter el dirigente antichavista venezolano.
Gastos en tiempo de crisis
El viaje de Rodríguez ocurre solo dos semanas después de que Maduro viajara a Egipto a participar en la Cumbre del Clima, recuerda Olivia Lozano, diputada líder de la comisión de Política Exterior del Parlamento de 2015, que el chavismo desconoce como institución.
“Delcy Rodríguez no representa al Estado venezolano. Ella representa a una corporación criminal liderada por Nicolas Maduro, que usurpa el poder y la institucionalidad del Estado. Así como Maduro no debió estar en la Cumbre del Clima el Egipto, ella tampoco debió ir a Qatar”, comentó la legisladora venezolana en conversación con la Voz de América.
La oposición desconoce a Maduro como presidente legítimo de Venezuela desde hace casi cuatro años. Lo acusa de usurpar el poder tras ganar una elección que tacha de fraudulenta. Además, culpa al chavismo de liderar una red de corrupción por montos milmillonarios.
Según Lozano, los gastos y las “nutridas delegaciones” que acompañaron tanto a Maduro como a su vicepresidenta “contrastan” con los altos niveles de pobreza de Venezuela, según un estudio independiente sobre condiciones de vida publicado la semana pasada.
La diputada también subraya la organización por parte del chavismo, en Caracas, de un encuentro del izquierdista Foro de Sao Paulo, “sin importarles el estado de las cosas por las que pasa el 90 % de los venezolanos, que da cuenta de la grave crisis humanitaria” del país.
“Ellos emulan la vida opulenta de emires, jeques y sultanes, con los que también tienen coincidencias en las violaciones a los derechos humanos y los derechos ciudadanos”, dijo.
La parlamentaria opositora cuestiona cuánto le ha costado al Estado venezolano financiar “las prioridades políticas y económicas del cruento régimen de Nicolás Maduro”, con inversiones en traslados, comidas, alojamiento y logística en Egipto y Qatar.
“¿Cuánto dinero se desvía de la inversión social para destinarlo a hechos como estos, que solo favorece a una casta política que ha depauperado al pueblo venezolano, y se ha convertido en una amenaza para el resto del continente? Es una aberración”, declaró.
Agenda del chavismo
El viaje de la vicepresidenta de Maduro a Qatar abona uno de los ejes de la política exterior del chavismo histórico, como lo es relacionarse con los países del Oriente Medio y generar “bloques de países no alineados”, explica el especialista Luis Peche Arteaga.
“Son esfuerzos para relacionarse con lo que ellos llaman el mundo pluripolar, donde ya no hay grandes potencias, como Estados Unidos y Rusia. Ellos hablan de que hay muchos actores y países que no son tan grandes que tienen oportunidad de surgir por medio de alianzas”, describió el experto en asuntos internacionales en entrevista con la VOA.
Peche Arteaga aclara que la visita de la alta funcionaria, hermana de Jorge Rodríguez, presidente del Parlamento que domina el chavismo, elegido en 2020, no es una sorpresa.
En julio, el canciller de Maduro, Carlos Faría, recibió en Caracas al viceprimer ministro y canciller de Qatar, jeque Mohammad Bin Abdulrahman Al-Thani, con el fin de “revisar la agenda de cooperación bilateral”, según indicó un comunicado.
El mismo Maduro había viajado un mes antes a Qatar para tratar temas bilaterales, entre ellos asuntos energéticos y de explotación petrolera. El emir de la nación árabe, jeque Tamim bin Hamad Al-Thani, lo recibió en el Palacio Real.
Uno de los acuerdos entre ambos países fue la puesta en marcha de vuelos directos de Doha a Caracas y viceversa, operados por la aerolínea estatal venezolana Conviasa. Maduro aprovechó su viaje para conocer estadios, áreas comunes y hospitales del Mundial de Fútbol en Qatar, un país con el que Venezuela tiene relaciones desde hace medio siglo.
Otro viaje de Rodríguez, en enero de 2020, esa vez a un aeropuerto de la capital de España, generó polémica. Dirigentes de la oposición en el país europeo y en Venezuela reclamaron que Rodríguez tiene prohibido volar a cualquier territorio de la Unión Europea y debió ser detenida por las sanciones individuales que en su contra dictó el bloque de 27 naciones, desde 2017.
Peche Arteaga, por su parte, destaca que la gira de la vicepresidenta Rodríguez afianza la relación con un país que, como Venezuela, tiene altos cuestionamientos en derechos civiles.
“Este (los derechos) no es el norte con el cual el chavismo busca relacionarse, sino (que es un interés) meramente económico e ideológico. Es polémico y negativo afianzar relaciones con un país que tiene tan bajos estándares de derechos humanos”, advierte.
El analista observó que las principales críticas de la oposición al viaje de Rodríguez se centran en “cuál es la prioridad del chavismo” en un contexto de pobreza y crisis nacional.
“Si bien es una visita de Estado, siempre cabe la pregunta de si es realmente necesario que una autoridad de Venezuela, que ni siquiera está disputando la competición, esté presente en esa inauguración, con la lista de problemas en el país, que es bastante larga”, concluyó.
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