Cursar la carrera de Odontología y Medicina actualmente en Venezuela es un reto fuera de lo común ante la coyuntura que atraviesa el país. No solo supone costos inalcanzables para muchos estudiantes, sino que constantemente carecen de un servicio tan básico como el agua.
Estudiantes de la Universidad Central de Venezuela (UCV), denuncian que como consecuencia del limitado presupuesto, no cuentan con condiciones idóneas con vistas a las prácticas requeridas para cumplir con el plan académico.
Muchas de las unidades odontológicas se encuentran dañadas y como al resto de los venezolanos, la crisis de los servicios básicos también los afecta. Desde hace 5 días no llega agua a la facultad y por lo tanto no pueden atender pacientes, requisito indispensable para lograr graduarse.
Pero además, deben comprar herramientas e instrumentos que resultan muy costosos para ellos, por lo que consideran que de forma “indirecta” se está privatizando la educación en las universidades públicas.
“Una lista de materiales para estudiar el primer año te cuesta sobre los $1.000 porque todos los utensilios de odontología están dolarizados, uno puede gastar fácilmente unos $1.500”, dice Jesús Mendoza, Presidente del Centro de Estudiantes de Odontología de la UCV.
Jesús detalla que cuando están en el área clínica tienen que “pagarle hasta el transporte y el laboratorio de la prótesis al paciente”, de lo contrario no acuden a consulta.
Y cuando un estudiante no puede costear los gastos “muy tristemente se retira”, lo que explica el 45% de deserción, según el dirigente estudiantil.
Vicente Signorile, estudiante de medicina, afirma que muchos de sus compañeros han dejado de estudiar “porque tienen que trabajar para llevar alimento a sus casas”.
“En lo que va de dos semanas de 6 personas se han retirado 2”, lamenta Signorile.
Angélica Ramírez es estudiante de cuarto año de medicina en la UCV. Sostiene que comprar libros para estudiar la carrera resulta muy costoso. Cada uno puede oscilar entre $50 y $150 dólares.
“La mayoría de los estudiantes disponemos de libros digitales, si tuviera que comprar libros por cada rotación en la que estoy pasando, serían 10 libros, lo que significaría unos $1.000 dólares”, comenta Ramírez a la Voz de América.
A pesar de que considera un desafío estudiar Medicina actualmente en Venezuela ante la falta de recursos, con una sonrisa, Ramírez dice que lo positivo es que “han aprendido a ejercer la Medicina y solucionar con sus problemas ante la crisis”.
De momento el ministro de Educación del gobierno en disputa, César Trompiz, no ha respondido a los reclamos de los estudiantes que convocaron para el 14 de octubre a una asamblea estudiantil para “defender la autonomía universitaria”.