¿Qué pasa si tienes la vida perfecta, pero de repente las cosas cambian y tienes que irte de tu país?
Esta es la historia de Julia Alexandra Moncada, odontóloga infantil de profesión que decidió irse de Puerto Ordaz, Venezuela y llegar a Estados Unidos para ofrecerle un mejor futuro a su hija.
Mientras preparaba una arepa rellena con queso, Julia explica a la Voz de América cómo comen sus compatriotas este típico platillo venezolano; “le podemos echar incluso, dos o tres ingredientes, le puedes poner un poquito de jamón, depende del apetito de cada quien a la hora de comer”. Según Julia, la arepa que se come en Venezuela siempre tiene que estar rellena.
Hace pocos meses decidió viajar a Estados Unidos y dejar atrás todas sus pertenencias, familia y profesión. Julia tiene 18 años de experiencia en odontología infantil y tenía su propio consultorio, sin embargo pese a su éxito y los numerosos pacientes que tenía, tratarlos se fue convirtiendo en una tarea muy difícil.
“Llegaba un momento que ni siquiera a los pacientes los podías atender por que no tenías medicamentos, porque no hay insumos, porque la consulta se volvió muy costosa y era casi imposible que pudieran tener una atención adecuada y de calidad”.
Con la ayuda de su hermana, que la acogió cuando llegó a la ciudad de Reston en Virginia, Julia decidió traer a su hija de siete años para según ella, alejarla de un país que ya no podía ofrecerle ni seguridad, ni libertad, ni educación o una buena alimentación.
Al llegar a Estados Unidos, se dio cuenta que ser inmigrante en un país no es fácil.
"Yo lavé platos en un restaurante, yo limpié casas, restaurantes y estoy ahorita de niñera, no estoy en mi profesión y la añoro".
Según cifras de la firma Delphos un millón de venezolanos planea irse de su país y Julia es una de las personas que lo ha logrado.
Julia además es testigo de cómo el sector salud en Venezuela pierde profesionales, debido a los bajos salarios y pobres condiciones para atender a pacientes. Recientemente el secretario ejecutivo de la Federación de Trabajadores de la salud de Venezuela, Pablo Zambrano, convocó a una protesta nacional para denunciar la crisis en el sector.
Esta madre venezolana junto a otros odontólogos en el exterior crearon “Venezuela sin medicina”, una organización que tiene el propósito de pedir ayuda a nivel nacional e internacional sobre la necesidad de medicamentos para asistir a pacientes.
“Después empezamos a ayudar a conseguir medicamentos de otros países, nos llegaban los medicamentos, los distribuíamos a las personas, ya no eran solo de odontología, sino también para diabéticos, hipertensos entre otras enfermedades”, señala Julia Moncada.
Desde una pequeña casa en Virginia, la cual comparte con su hermana y en la cual duerme en el sótano junto a su hija, Julia utiliza las redes sociales como Facebook, twitter y WhatsApp para ayudar a sus pacientes, familia, amigos y conocidos a encontrar medicina u otras cosas de primera necesidad.
“Tratamos de ayudar de alguna manera, mandando medicamentos, algo de alimentos, alzando nuestra voz de protesta, desde el país de donde estemos, siempre hay algo que podemos hacer por nuestra Venezuela”.
Moncada, recuerda con añoranza la vida que tenía en Venezuela, desde recoger a su hija en la escuela, llevarla a distintas actividades y compartir con su madre durante las noches, “últimamente no podíamos ir a un cine, no podíamos ir a un parque”.
Su vida en Estados Unidos es totalmente diferente, aunque todavía gracias a las redes sociales Julia sigue orientando a sus pacientes en Venezuela para no perder la conexión con ellos.
