El diario The New York Times publicó esta semana un artículo titulado "¿Venezuela podrá salvarse?" en el que denuncia que el líder opositor Leopoldo López, aún se encuentra detenido. Desde entonces, guardias armados del servicio de inteligencia venezolano, han asaltado y ocupado su residencia.
Ante lo sucedido, el diario confirmó que miembros de la Asamblea Nacional venezolana, se reunieron junto a medios locales y ciudadanos, para protestar contra las amenazas del gobierno de Nicolás Maduro, que sugieren que López sea devuelto a la prisión militar de Ramo Verde.
En el artículo, el New York Times también explica que en la casa de López, parece haber una página de un libro que él revisa y donde escribe nuevas ideas desde los últimos años.
Según el diario estadounidense, en la página del libro que López atesoraba desde que se encontraba en la cárcel desde "un colchón y sin luz eléctrica", garabateó unas líneas "en trozos de papel para que su compañero de celda pudiera sacarlos de forma clandestina". En las líneas de esa página, el New York Times retrata también que López, habría subrayado un pasaje del libro donde el autor "condena la complacencia de los blancos moderado y la sugerencia de que los manifestantes pacíficos son los responsables de la respuesta violenta de los demás".
López, fue sentenciado a casi 14 años de cárcel tras protagonizar manifestaciones antigubernamentales en 2014, en medio del panorama que por esta época, se agudizaba en Venezuela y que este año podría tomar otro rumbo tras las criticadas elecciones presidenciales que se avecinan en el país suramericano.
El Consejo Nacional Electoral de Venezuela decidió aplazar la controversial convocatoria de elecciones, originalmente establecida para el 22 de abril, y pasarla hasta el 20 de mayo.
La postergación fue resultado de un acuerdo alcanzado entre algunos partidos de la oposición y representantes del gobierno de Nicolás Maduro, el cual fue anunciado el jueves por el Consejo Nacional Electoral.
La presidenta del CNE, Tibisay Lucena, presentó un “acuerdo de garantías electorales”, en el que los candidatos se comprometen a aceptar los resultados de los comicios presidenciales.