A pesar de que La Habana y Caracas le han dado públicamente a la presencia de miles de médicos cubanos en Venezuela un matiz humanitario y de solidaridad internacional, el llamado programa Barrio Adentro, según expertos, estaría proporcionándole al gobierno de la isla ingresos millonarios a cambio de un servicio que por mucho menos dinero podrían estar prestando trabajadores de la salud venezolanos.
Los estimados, basados en cifras proporcionadas por el propio gobierno cubano, sitúan en alrededor de $200.000 dólares anuales lo que el presidente Hugo Chávez paga como promedio a La Habana por cada uno de los 29 mil y tantos médicos, técnicos de la salud y enfermeras involucrados en el plan de brindar asistencia clínica a familias en los barrios más pobres de Venezuela. De ese dinero, Cuba sólo da una parte ínfima a su personal en calidad de salario, entre $500 y $600 dólares mensuales.
Aunque algunas fuentes sitúan entre 40 mil y 60 mil el número de cubanos que trabajan para el gobierno de Chávez en Venezuela—incluidos militares--, los datos oficiales ofrecidos por Caracas hablan de sólo unos 13 mil médicos, casi 3 mil dentistas y más de 13 mil licenciados en enfermería y técnicos de la salud. El año pasado estos habrían proporcionado la mayor parte de los más de $6.000 millones de dólares que el gobierno cubano admite haber recibido por servicios prestados en el extranjero, su principal fuente de ingresos en divisas.
Para Maria Werlau, directora de Archivo Cuba, una organización promotora de los derechos humanos que se dedica a documentar informaciones relacionadas con la isla, se trata de “un subsidio total” de Chávez al gobierno de los hermanos Castro (Fidel y Raúl), y aun cuando sea imposible decir con exactitud cuánto paga Venezuela por los médicos cubanos “$200.000 dólares al año es un buen estimado”, dijo.
Otro grupo que ha estudiado de cerca el asunto, la Asociación para el Estudio de la Economía Cubana, con sede en Washington, considera que el salario que Caracas paga a La Habana por cada médico es superior, y lo sitúa en unos $220.000 dólares al año. Pero lo que nadie discute, sea una u otra la cifra real, es que se trata de un magnífico negocio para el gobierno cubano a expensas de quienes se llevan la peor parte: los profesionales de la salud y el bolsillo de los venezolanos.
Médicos cubanos que han participado en Barrio Adentro aseguran que lo que reciben del gobierno de la isla en pago por sus servicios apenas les alcanza para vivir. Uno de ellos, una doctora que logró huir de Venezuela y que pidió que no se revelara su nombre por temor a que su familia sufra represalias en Cuba, declaró al diario estadounidense El Nuevo Herald que los especialistas son remunerados con cerca de 1.200 bolívares fuertes al mes, unos $230 dólares al cambio.
Otro médico, que también escapó de Venezuela, dijo al periódico que “allá se trabaja bajo condiciones inhumanas (…) Casi la totalidad del dinero que te dan se usa para comprar que comer y luego no te queda para cualquier necesidad básica, ya sea de transporte o para hacer una llamada”.
En mayo de 2010, el diario de Colombia El Tiempo reveló que al menos 2.000 médicos cubanos habían huido de la misión Barrio Adentro en Venezuela y logrado cruzar la frontera hacia ese país con la intención de buscar luego refugio en Estados Unidos.
Decenas de testimonios de profesionales de la salud cubanos apuntan a que bajo el rótulo propagandístico de que se presta un servicio asistencial gratuito a familias pobres venezolanas, el programa está concebido con doble intención política: apuntalar una imagen de “gran benefactor” al presidente Chávez y proporcionar una vital fuente de ingresos al gobierno cubano.
Entre esos testimonios figura el de siete médicos y un enfermero cubanos que el año pasado demandaron en un tribunal de EE.UU. a Cuba, Venezuela y a la empresa estatal venezolana PDVSA por presunta conspiración para forzarlos a trabajar en condiciones de "esclavos modernos" como retribución por el petróleo barato (más de 100 barriles diarios) que Chávez suministra a la isla.