El ataque contra la comitiva del candidato presidencial opositor, Henrique Capriles Radonski, por parte de simpatizantes del presidente Hugo Chávez, ocurrido en San José de Cotiza, Caracas, desató una guerra de palabras.
Tras la acusación directa del candidato opositor y el informe del canal privado Globovisión, la respuesta del gobierno venezolano a través del ministro de Interior y Justicia, Tareck El Aissami fue acusar a la oposición de montar una agenda de “desestabilización, de show mediático” y señaló que el ataque se debió a la provocación de los policías del estado Miranda, quienes resguardaban la seguridad del gobernador y candidato Capriles.
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Según El Aissami, “él debe informar” -en referencia al gobernador Capriles-, y subrayó que “los que llegaron con la agenda de violencia fueron ellos”, agregó el funcionario, “estamos haciendo las investigaciones”.
También la prensa venezolana destaca que El Aissami se refirió a Ismael García –hijo del diputado opositor del mismo nombre-, quien resultó herido en la balacera, como una situación que “supuestamente”, ocurrió, ya que no ha visto un informe forense al respecto. Sin embargo, el ministro aclaró que "si lo fue, repudiamos la violencia".
Durante el incidente, la reportera de Globovisión, Sasha Ackerman informó que quienes los atacaron eran “afectos al oficialismo con franelas del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)”, el partido del presidente venezolano.
Según destacó la periodista, los simpatizantes oficialistas llegaron portando armas de fuego con las cuales amenazaron al equipo de Globovisión, obligándolos a entregar sus equipos de trabajo.
El ministro El Aissami dijo que la policía nacional se presentó en el lugar donde ocurrió el ataque y aclaró que “sea quien sea, quien emplee la violencia como un método para dirimir diferencias será presentado a la justicia”.
El atentado se produjo en el mismo día donde Chávez insistía en una programa pregrabado en Cuba, que su respuesta a los ataques de la oposición era “unidad”.