El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, dijo este martes que no aceptará ninguna “injerencia” en su país de parte del futuro gobierno español salido de las elecciones del pasado mes de noviembre.
Como resultado de los comicios, el próximo presidente de España sera Mariano Rajoy, del Partido Popular (PP), una agrupación de derecha que en el pasado ha criticado acremente al gobierno de Chávez.
Tanto Rajoy como diputados del PP acusaron reiteradamente al saliente gobierno del Partido Socialista Obrero Español de ser demasiado blando con el régimen de Chávez.
En febrero del 2009 las autoridades de Chávez expulsaron de Caracas al entonces eurodiputado del PP Luis Herrero, y el año pasado otro parlamentario de esa agrupación, Gustavo de Arístegui, hizo críticas al proceso electoral venezolano y estuvo a punto de correr igual suerte.
El PP también ha mantenido históricamente una postura de mano dura con el gobierno cubano, con quien Chávez tiene estrechas relaciones políticas y de amistad.
Chávez dijo estar a la expectativa y adelantó que una intromisión de España en su gobierno "sería un desastre" en virtud de las amplias relaciones económicas bilaterales.
El mandatario apunto que "para que haya buenas relaciones económicas es necesario que haya buenas relaciones políticas", en alusión a los intereses empresariales españoles en Venezuela.
Tanto la gigante petrolera Repsol, como la empresa Telefónica y el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), todos de España, tienen inversiones en el país suramericano.
"Esperamos que reine el juicio político y los intereses de Estado y los intereses económicos que tiene España en Venezuela, que son más que los que Venezuela tiene en España", dijo Chávez.