Venezuela pierde 35 millones de horas hombre a la semana haciendo fila para comprar alimentos y bienes que tienen precios controlados por el gobierno.
Ese es uno los datos reflejados en la Encuesta Nacional Ómnibus de febrero de 2015.
El 70% de los venezolanos dedica entre una y cinco horas a la semana en filas para poder abastecerse de productos como leche, aceite, harina de maíz precocida, azúcar, pañales desechables, champú o jabón para lavar ropa.
Ningún venezolano se salva de hacer "colas", que en la mayoría de los casos realizan en las peores condiciones: parados, con altas temperaturas o bajo la lluvia.
La escasez y el desabastecimiento fueron unas de las razones por las cuales los venezolanos se lanzaron a las calles en 2014 en protesta contra la gestión del presidente Nicolás Maduro.
El gobierno ha ejercido acciones contra empresas distribuidoras de alimentos y tiendas de conveniencia con el argumento de que fomentan las filas para generar una sensación de desabastecimiento.
Tal es el caso de Día a Día, una red de 36 tiendas en seis estados de Venezuela, que fue tomada por el gobierno y dos de sus trabajadores Manuel Morales y Tadeo Arricechi, un director y el abogado, respectivamente están presos desde febrero pasado.
Por el contrario, el sector privado productivo de Venezuela ha dicho que la única causa del desabastecimiento y la escasez de alimentos, y productos básicos es la ausencia de medidas por parte del gobierno para combatir la inflación y permitir el acceso a las divisas para importar la materia prima para la manufactura de productos.