Para lidiar con la crisis de Venezuela, el gobierno del presidente Donald Trump estaría manejando distintas opciones: desde medidas contra funcionarios públicos hasta sanciones al sector energético del país, incluyendo la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
En los últimos años, varios miembros del Gobierno socialista de Venezuela han sido sancionados por cargos que van desde tráfico de drogas hasta violaciones a los derechos humanos. El más reciente fue el vicepresidente Tareck El Aissami. Las sanciones contra individuos, no obstante, no tendrían el mismo peso que un castigo económico.
Venezuela depende casi enteramente de sus exportaciones petroleras, de donde obtiene alrededor del 95 por ciento de sus ingresos en divisas. El país exporta unos 780.000 barriles por día (bpd) de crudo a Estados Unidos que, junto con India, son de los pocos clientes que le pagan mayormente en efectivo.
"Un embargo petrolero de Estados Unidos sobre Venezuela implicaría perder el 75 por ciento de las exportaciones (11.000 millones de dólares anuales) gracias a la Constituyente de Maduro", dijo el diputado opositor Ángel Alvarado en Twitter.
"Nadie quiere el embargo petrolero. Lo que quiere el venezolano es que Maduro desista de la Constituyente. ¡Oigan al pueblo que habló el domingo!", agregó el también economista.
La Voz de América también planteó la interrogante del impacto de un probable embargo petrolero, tanto en Venezuela como en Estados Unidos, al experto en temas energéticos y miembro de la primera junta directiva de PDVSA, Gustavo Coronel. En esta entrevista este ex legislador venezolano pone el tema en contexto:
Colaboración con la entrevista de Gioconda Tapia Reynolds