Aunque el gobierno venezolano habilitó el Hospital Universitario de Caracas para la extracción gratuita de las polémicas prótesis mamarias del fabricante francés Poly Implant Prothese (PIP), miles de afectadas amenazan con demandar.
Venezuela fue uno de los países que más implantes PIP importó, cerca de un 10 por ciento de la producción de la compañía, y por ende, el número de afectadas es bastante alto.
Las afectadas exigen que se les reemplacen los implantes defectuosos que utilizaron pues los de la marca PIP contenían una silicona industrial que representa un gran peligro para la salud del paciente, además de los altos índices de rotura de las mencionadas prótesis.
Según explicó el director del grupo de protección al consumidor ANAUCO, Roberto León, a la agencia de noticias Reuters, esperan reunirse con médicos, clínicas y vendedores para llegar a un acuerdo.
"Si los médicos ponen sus manos, las clínicas sus quirófanos y Locatel (la firma importadora) las prótesis, ya prácticamente tendría todo lo necesario para que ellas puede operarse sin costo", señaló el presidente de ANAUCO, Roberto León.
En caso de no llegar a un acuerdo, cerca de 2.000 mujeres entrarían a presentar demandas judiciales individuales tanto en Venezuela como en Francia, donde ya cursan al menos 300 demandas contra el presidente de PIP, Jean-Claude Mas.
