Referiéndose al presidente Barack Obama después de casi cada comentario, el mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, aseguró durante la VII Cumbre de las Américas en Panamá que "nadie debe meterse con Venezuela".
Maduro aseguró que le entregará un documento al canciller de Estados Unidos, John Kerry, que contiene más de 11 millones de firmas de venezolanos que “piden al presidente Obama que derogue el decreto contra nuestra nación".
El presidente venezolano insistió en que su gobierno no representa una amenaza para EE.UU., y que el decreto con sanciones contra siete funcionarios de su país, firmado por el presidente Obama, “se mete en la vida interna de Venezuela".
"Yo quiero futuro con Estados Unidos. Nosotros no somos antiestadounidenses. Yo soy admirador de Jimi Hendrix y Eric Clapton (...) No somos antiestadounidenses, somos antiimperialistas, como lo es la mayoría del pueblo estadounidenses", dijo Maduro.
El mandatario venezolano propuso cuatro puntos, que según él, son el primer paso para restablecer un diálogo diplomático positivo entre ambas naciones.
"El primer punto es que el gobierno de EE.UU. y su élite, corrija y rectifique el error que los ha llevado a publicar este decreto desproporcionado. Que reconozcan la independencia y soberanía de Venezuela y la revolución bolivariana", explicó el autodenominado heredero de Hugo Chávez.
Maduro pidió como segundo punto "derrogar el decreto" que identifica a su gobierno como una amenaza "extraordinaria" para Estados Unidos, y "desmontar la amenaza de guerra, psicológica y militar desde la embajada de EE.UU. en Venezuela".
Finalmente, el mandatario del país sudamericano le exigió a Washington "tomar vías legales para detener la conspiración que se desarrolla desde Miami".
No está previsto que los presidentes de EE.UU. y Venezuela tengan una reunión bilateral, pero Maduro insistió que está dispuesto a dialogar, ya que respeta pero no confía en el presidente Obama.