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"No alcanza": Venezolanos luchan para comprar alimentos, incluso si tienen dólares


Docentes protestan exigiendo mejores salarios en Caracas, Venezuela 23 de febrero de 2023. REUTERS/Leonardo Fernandez Viloria
Docentes protestan exigiendo mejores salarios en Caracas, Venezuela 23 de febrero de 2023. REUTERS/Leonardo Fernandez Viloria

El alza de los precios en Venezuela se acelera con fuerza una vez más debido a la creciente demanda de dólares, un leve repunte del gasto y el debilitamiento del bolívar, lo que genera temores de una nueva era de hiperinflación.

Como algunos venezolanos, Carmen Mendoza ha aprendido a arreglárselas con un mosaico de diferentes flujos de ingresos en moneda local y en divisas: su pensión, el alquiler de una propiedad y aproximadamente 150 dólares al mes que sus dos hijas envían desde España. Pero eso ya no es suficiente.

El resurgimiento de la alta inflación está devorando los ingresos de los venezolanos, incluso de los relativamente privilegiados como Mendoza, que tienen acceso a dólares.

"Con dólares y con bolívares no alcanza", dijo Mendoza, de 68 años, que vive en Los Teques, capital del estado de Miranda.

El hambre es un espectro familiar en Venezuela, que sufrió años de hiperinflación en la segunda mitad de la última década, cuando el gobierno del presidente Nicolás Maduro imprimió dinero para pagar sus deudas en medio de una desaceleración en los precios del petróleo.

Muchos venezolanos tuvieron que buscar comida en la basura y millones huyeron del país para construir una nueva vida en Sudamérica y más allá.

Maduro relajó los controles de divisas en 2019, permitiendo una dolarización de facto. Combinado con políticas económicas ortodoxas que incluyen limitar la expansión del crédito, reducir el gasto público y aumentar los impuestos, la inflación cayó a un solo dígito durante unos meses del pasado año.

Pero desde fines de 2022, el crecimiento de los precios al consumidor de Venezuela se ha acelerado considerablemente a medida que esos esfuerzos se han vuelto menos efectivos.

A medida que los países de todo el mundo han lidiado con el aumento de la inflación tras la pandemia de coronavirus, el alza de los precios en Venezuela se acelera con fuerza una vez más debido a la creciente demanda de dólares, un leve repunte del gasto y el debilitamiento del bolívar, lo que genera temores de una nueva era de hiperinflación.

Años de desinversión en la petrolera estatal PDVSA, combinados con las sanciones de Estados Unidos a la industria energética del país, significan que el país no puede contar con los ingresos de las exportaciones de crudo para resolver sus problemas financieros, incluso en medio de los altos precios del petróleo.

La inflación en Venezuela llegó al 234% en 2022, dijo en enero la vicepresidenta Delcy Rodríguez.

Desde principios de este año, Yaselin García, de 32 años, ha visto cómo los alimentos que compra con los 20 dólares que gana cada semana vendiendo cigarrillos y otros artículos se han reducido a solo unos cuantos huevos, 3 kilogramos de harina de maíz, algunos granos y algo de queso.

"Pero si ganara en bolívares no alcanzaría para nada", dijo", dijo la madre de cuatro hijos en Los Teques.

El pago mensual del sector privado promedia los 139 de dólares y los salarios del sector público rondan los 14 dólares por mes, según el Observatorio Venezolano de Finanzas, mientras que la canasta alimentaria familiar promedio llega a unos 370 dólares mensuales.

"Los aumentos salariales están rezagados" incluso en el sector privado, dijo Asdrúbal Oliveros, economista y director de la firma local Ecoanalítica, quien agregó que ya "hay una caída en el poder de compra de los salarios en dólares".

Oscar Iochunga, de 66 años, vende verduras en un mercado callejero en la capital Caracas, pero la demanda cae cada semana a medida que la gente limita sus compras.

"Ya sea con bolívares o con dólares no les alcanza", dijo Lochunga, sentado frente a su puesto.

Los mercados están llenos de alimentos que pocos pueden comprar, lo que empuja a las personas a saltear comidas o depender de la ayuda de organizaciones benéficas, dijo Ania Pulido, nutricionista del grupo de defensa del Observatorio Venezolano de Seguridad Alimentaria y Nutricional.

El dinero "que hoy te dio 20 productos para mañana no te da ni (...) la mitad", dijo Pulido.

El 50% de los hogares venezolanos vive en la pobreza, según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida realizada por la privada Universidad Católica Andrés Bello, y el 41% de los encuestados dijo que se salta una comida al día.

Para Yusmary Tovar, de 42 años, que cuida a su hija de 5 años y a su anciana madre, los 80 dólares mensuales que gana limpiando casas y cuidando niños ya no son suficientes.

Tovar tiene un problema renal y debe usar un catéter para orinar. El alto costo de los catéteres la obliga a hervirlos en agua y reutilizarlos. "Uno se enferma de tanto pensar y cómo hacer para el día de mañana", señaló.

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