Cientos de miles de creyentes se dieron cita en Roma para estar presentes en la misa de entronización en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, que dió inicio a su pontificado, el cual definió como una tarea de servicio especialmente dirigido a los más pobres y débiles.
Dicho y hecho. En un gesto típico de la sencillez que ya le caracteriza, durante su recorrido inicial antes de comenzar la misa, el Papa se bajó de su vehículo para bendecir a un enfermo que había sido llevado en una camilla.
Más tarde, en su homilía, Francisco pidió a los gobernantes que asistieron a la misa a que sean "custodios" de la creación de Dios, que respeten el medio ambiente y no dejen que "los signos de destrucción y de muerte" acompañen al mundo.
"El odio, la envidia, la soberbia ensucian el mundo", dijo.
A la ceremonia asistieron delegaciones oficiales de 132 países, 31 de ellas encabezadas por jefes de Estado, 11 por jefes de gobierno, y también lo hacenn dos altos representantes de la Unión Europea.
A la lista se añaden el rey Alberto II y reina Paola, de Bélgica, y tres príncipes: el heredero del trono de Holanda, Guillermo Alejandro, y su esposa argentina, Máxima Zorreguieta; los príncipes de Asturias, Felipe y Leticia, y el de Mónaco, Alberto II, según informó la Santa Sede.
Entre de jefes de Estado que llegaron con bastante anticipación el Vaticano, están la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, que la víspera se reunió en privado con el Papa, y los mandatarios Enrique Peña Nieto (México), Dilma Rousseff (Brasil), y Sebastián Piñera (Chile).
De Latinoamérica han estado en la misa los presidentes Rafael Correa (Ecuador), Laura Chinchilla (Costa Rica), Porfirio Lobo (Honduras) y Federico Franco (Paraguay). Por Europa, la canciller alemana, Angela Merkel, y los mandatarios Mariano Rajoy (España), Aníbal Cavaco (Portugal), y Bronislaw Komorowski (Polonia), entre otros.
La delegación de EE.UU, encabezada por el vicepresidente Joseph Biden, fue de las primeras en llegar a la capital italiana para tomar parte en la ceremonia, que dio comienzo con un recorrido del Papa por los alrededores de la Plaza de San Pedro para saludar a los fieles antes de ir a orar ante el altar mayor de la basílica en compañía de los patriarcas de las iglesias católicas orientales.
La homilía fue leída en italiano y tal como se había previsto, la ceremonia no duró más de dos horas.
El Papa recibió el anillo del pescador, que según su elección lleva estampada la imagen del apóstol Pedro con las llaves del cielo, y el palio que simboliza su autoridad papal.
Al término de la misa, Francisco se dirigió al interior de la basílica para saludar a los diferentes líderes políticos que viajaron a Roma para la solemne ocasión.