Dos italianos protestaron contra los abusos sexuales a niños cometidos por sacerdotes católicos marchando más de 550 kilómetros hasta el Vaticano, donde entregaron una carta para el Papa Benedicto XVI.
Francesco Zanardi y Alberto Sala llevaron a cabo la larga caminata desde el norte de Italia hasta la Santa Sede, en Roma, con la intención de llamar la atención pública y además demandar una investigación.
Zanardi, de 41 años, ha dicho que fue víctima de abuso sexual cuando era niño en un orfanato, mientras que su compañero, Alberto Sala, es el creador de una asociación nacional contra los abusos sexuales por parte del clero en Italia.
Los dos fueron momentáneamente detenidos por la policía italiana, que luego los dejó entrar al Vaticano con la misiva para el Papa en la que demandan reglas para la expulsión de los curas pederastas y la sustitución de los obispos que les permitan seguir ejerciendo el sacerdocio.
El Sumo Pontífice se ha reunido personalmente con víctimas en varios países y ha prometido que la Iglesia Católica actuará para proteger a los menores y someter a la justicia a los abusadores.
El propio Papa ha expresado vergüenza y dolor por los escándalos sexuales del clero y ha pedido a todos los obispos la elaboración de directrices contra los pederastas para mayo del año próximo.
Sin embargo, Zanardi dijo a la prensa en Roma que Italia no es un país normal porque en otros lugares “el abuso sexual provocó protestas de la gente común” y “eso no ocurre aquí”.
Grupos defensores de las víctimas de estos abusos acusan al Vaticano de no hacer lo suficiente para impedirlos y de encubrir a los culpables en muchos casos.