Felicidad e incredulidad son las palabras que describen lo que aún siente Valentina Ramírez por haber colaborado con la producción de la más reciente entrega de la saga estadounidense "Rápidos y Furiosos". La venezolana de 29 años fue una de las artistas de previsualización del proyecto que ha batido récord de taquilla mundial.
“Estaba muy contenta cuando me enteré de la noticia, mi amiga y yo gritamos en la sala cuando vi mi nombre en los créditos”, confiesa la joven sobre aquel momento en entrevista con la Voz de América.
Ramírez es artista de previsualización y logró formar parte del proyecto gracias al equipo de Proof Inc, que fue el que la contrató para trabajar en la película. A ellos llegó gracias a su trabajo en otras compañías de visualización como MPC de Technicolor y The Third Floor.
“Nosotros animamos las secuencias de acción, en especial la cámara, para que el director pueda explorar ideas y poder planificar exactamente cómo se va a ejecutar a la hora de filmar porque necesitan entender la posición de la cámara, el movimiento, donde los personajes van a estar en la pantalla y qué efectos se van a usar. Como los efectos especiales son muy costosos tienen que mostrar exactamente lo que el director quiere y necesita en las tomas. Básicamente vemos en 3D la versión borrador de lo que se verá en el producto final”, explica la venezolana sobre lo que fue su trabajo en la producción de la cinta.
En Rápidos y Furiosos, Valentina Ramírez también colaboró en el área de Postvisualizacion, que es cuando ya filmaron las escenas y los artistas visuales ubican encima de la fotografía lo que no se pudo grabar. “Eso sirve de guía para la animación final y efectos visuales”.
Para la joven participar en el proyecto fue un motivo de orgullo, así como representar a su país. “Es un honor poder representar a Venezuela y aún más demostrando que el talento y la creatividad puede venir de cualquier rincón del mundo”, agrega.
Una zuliana que sueña en grande
Valentina Ramírez nació en el estado venezolano de Zulia. Sin embargo, años más tarde se mudó a Anzoátegui, donde pasó su infancia y adolescencia hasta que se mudó a Miami, Estados Unidos.
“Me fui de Venezuela porque mi carrera no existe en Venezuela, mis opciones eran muy limitadas así que decidí arriesgarme para buscar mejores oportunidades para cumplir mis sueños”, afirma.
La joven confiesa que no tenía claro qué carrera estudiar, aunque sí sabía que estaría ligada a las artes. Cuando ingresó al Art Institute de Miami un grupo de consejeros vio sus dibujos y le recomendaron estudiar Computer Animation. “Ahí nos enseñaron todas las etapas de animación en general y escogí graduarme como artista conceptual. Trabajé por un año después de graduarme, pero luego me interesó más la animación 3D y decidí hacer mi Master de Bellas Artes en Animación y Efectos Visuales en el Academy of Art University en San Francisco”, comenta.
Su formación no se detuvo. Ramírez cuenta que también participó en clases especiales con animadores de Pixar y de películas como Star Wars. A su juicio, todo esto sirvió de influencia porque contó con grandes instructores que trabajan en la industria y tenían un nivel alto de exigencia.
Luego de estar en varias compañías de visualización y colaborar en una película, actualmente la venezolana trabaja en un pequeño estudio para un juego de VR como animadora cinematográfica. También ya tiene trazadas nuevas metas. Entre ellas trabajar en un proyecto de la saga Star Wars, o en alguna película de Disney o Dreamworks.
A juicio de Valentina Ramírez, la clave para alcanzar las metas es tener disciplina, tener la mente abierta y aceptar las críticas. Además, la joven recalca que el apoyo de su familia en su formación académica fue muy importante. “Me apoyaron incondicionalmente y creyeron en mí, incluso cuando yo dudaba”.
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