La Unión Europea expresó este martes una “profunda preocupación” por la expulsión de dos diplomáticos españoles de Bolivia y pidió explicaciones al gobierno interino de La Paz.
La presidenta de la transición, Jeanine Añez, anunció el lunes la decisión de expulsar de Bolivia a la embajadora de México, María Teresa Mercado, a la encargada de negocios de España, Cristina Borreguero, y al cónsul de España, Álvaro Fernández.
Todos ellos recibieron un plazo de 72 horas para abandonar el país.
También fueron expulsados varios diplomáticos españoles que trataron de entrar el viernes "encapuchados y armados" a la embajada mexicana en La Paz.
“La delegación de la UE en Bolivia expresa su profunda preocupación por la escalada de tensión diplomática”, dijo el comunicado de la delegación del bloque europeo en la capital boliviana.
“La expulsión de funcionarios diplomáticos es una medida extrema e inamistosa que debe reservarse a situaciones de gravedad”, agregó, e hizo un llamado a superar la crisis con “celeridad”.
El ministerio de Asuntos Exteriores de España respondió a la expulsión con una medida de represalia, diciendo que expulsaría a tres diplomáticos bolivianos.
La disputa diplomática comenzó cuando México admitió al expresidente boliviano Evo Morales como exiliado después de que éste renunció por denuncias de fraude en las elecciones presidenciales del 20 de octubre.
Morales está ahora en Argentina, pero la embajada de México en Bolivia dio refugio a nueve personas aliados de Morales que el gobierno de Añez culpa de agitar las violentas protestas que estallaron en el país después de la renuncia del expresidente.
El gobierno boliviano de Añez sospecha que el operativo del viernes tuvo el propósito de liberar a los asilados, a quienes les ha negado un salvoconducto para salir del país porque aspira a juzgarlos.
A pesar de la disputa, la canciller boliviana, Karen Longaric, dijo que la expulsión no implica una ruptura de relaciones con México y España.
Mientras tanto, grupos de vecinos hacen una vigilia frente a la residencia de la embajadora mexicana en La Paz para evitar una eventual fuga de los asilados entre los que se encuentra el brazo derecho de Morales, el extitular de la Presidencia Juan Ramón Quintana, a quien el gobierno acusa de organizar y financiar grupos de choque durante las protestas.
La administración de Añez ha solicitado a México que entregue a los sospechosos, pero el gobierno mexicano respondió que, al haber solicitado asilo, seguirán bajo su protección.
Desde Buenos Aires, donde ahora se halla refugiado, Morales calificó en Twitter de “acto de desprecio por el derecho internacional” la expulsión de los tres diplomáticos.