Las denuncias de la Casa Blanca y la OTAN, por la nueva violación rusa a la soberanía ucraniana fueron contundentes.
Estados Unidos, a través de su Consejo de Seguridad Nacional, denunció que camiones militares rusos, pintados como automotores civiles, cruzaron sin autorización la frontera ucraniana.
A pesar de las advertencias de Occidente, el canciller de Rusia, Sergei Lavrov, aseguró que su país está preparando enviar un segundo convoy.
Según el diplomático, la caravana es también de "carácter humanitario", y llegará a la misma región de Ucrania a la que fue enviado el anterior.
La entrada unilateral de más de 200 camiones rusos con ayuda humanitaria a Ucrania por parte de Rusia, el viernes 22 de agosto, fue altamente criticada por Estados Unidos, la Unión Europea y la OTAN, aumentando las tensiones entre Occidente y el Kremlim.
Por su parte, el portavoz del consejo nacional de seguridad ucraniano, Andri Lisenko, denunció que una columna de 10 tanques, dos vehículos blindados y dos vehículos de carga rusos cruzaron la frontera.
Por su parte, Lavrov afirmó que el agua, comida y otros bienes enviados inicialmente a la ciudad de Luhansk por el primer convoy, fueron distribuidos el lunes con la participación del Comité Internacional de la Cruz Roja.
Sin embargo, la organización humanitaria no ha confirmado esta acción.
