Propietarios y cocineros de restaurantes y otros emprendimientos gastronómicos cuentan que cuando Tulio Zuloaga llega se sienten intimidados, sudan, tiemblan y hasta se les entrecorta la voz cuando comienzan a contarle anécdotas de sus negocios.
Sin embargo -dicen- no es miedo, sino respeto por este colombiano que desde hace poco más de una década ha empujado a cientos de emprendedores al éxito, por el solo hecho de recomendar sus platos o sus negocios a los millones de seguidores que lo siguen en redes sociales y en su página digital.
Lo han apodado el ‘Midas’ de la gastronomía, ‘el ángel’ de los emprendedores, la ‘bendición’ de sus negocios y, aunque también tiene críticos que incluso dicen que simplemente recibe dinero por recomendar en sus redes -lo cual él ha negado vehementemente-, prefiere que lo llamen el “contador de experiencias culinarias” o un “comelón profesional” porque, además, odia que le digan influencer. Tampoco se considera crítico. ¿Por qué? “Porque yo evalúo más la experiencia que la perfección de la cocina”, dijo Zuloaga, en entrevista con la Voz de América.
“Soy un colombiano tratando de mostrarle a la gente todo lo bueno que hay en las calles, y todo el mundo de experiencias que pueden vivir sin necesidad, inclusive, de levantarse de la mesa. Soy muy de decirle a la gente: ‘Puedes viajar, puedes divertirte y puedes cambiar tu vida sin ni siquiera levantarte de la mesa’, cuando te vuelves un comensal realmente consciente y muy fuerte”, agrega.
Sus mensajes no solo impactan en su país. Ha llegado a revolucionar incluso un mercado de emprendedores latinos en Miami. Ha volado a cuanto país se le ocurre. Es más -confiesa- tiene actualmente unas 7.000 invitaciones imposibles de atender.
Ha hablado con miles de personas sobre sus trucos para lograr el éxito o, mejor, el “fracaso”: “Soy todo un fracasólogo. Lo digo sobre todo porque, con el tiempo, descubrí que muchas personas no son capaces de salir adelante porque le temen mucho al fracaso… y si fracaso, pues obvio que aprendo, pero aprendo cómo no hacerlo la próxima vez para hacerlo mejor”.
El “ángel” de cocineros y emprendedores
Cuando Tulio publica algún establecimiento en sus redes, el éxito es rotundo. Y no lo dice él, lo dicen los mismos emprendedores. Y llegar a ellos, como relata, “muchas veces, es magia, esa es la realidad… Yo no sé por qué, parece como si la vida me llevara hasta allá”.
“Yo soy un comunicador y realmente la comunidad de ‘Tulio Recomienda’ es la que ejerce cambios en las demás personas, pero también es mi guía para todo. Una vez que yo le pregunto a la gente, la gente empieza a escribir. Y tengo dos personas de mi equipo que se sientan y empiezan a investigar cada uno de estos lugares, las calificaciones, cómo son y empiezan a dármelo a mí”. Luego se comunica con especialistas gastronómicos para cruzar la información y de allí nacen los recorridos del ‘Tulio Recomienda’.
Él, cuenta, simplemente llega al lugar y, si le gusta la experiencia y la comida, la recomienda. Si no, simplemente guarda silencio y hace recomendaciones, si los propietarios lo piden. Pero tiene condiciones: está prohibido ofrecerle dinero, no le gusta que lo traten de manera especial, sino como cualquier comensal, y prefiere saber lo menos posible de un lugar para poder explorarlo con calma y recomendarlo en sus redes, si así lo considera.
No creo que Tulio sea una persona normal. Yo pienso que él tiene una conexión emocional con las personas que visita".Yineth Guevara, copropietaria de Carnívoros.
Así le sucedió con Carnívoros, un restaurante que nació en el 2016, en Bogotá, gracias a la asociación de la publicista Yineth Guevara, su esposo y su suegro. Todo comenzó en una casa de un sector residencial que se movía, sobre todo, los fines de semana. Dos años después, amigos y clientes comenzaron a recomendarlos en redes sociales y a etiquetarlos en la cuenta de Tulio, después de que el barranquillero pidiera a sus seguidores nombres de los lugares con el mejor cerdo y chicharrón de Bogotá.
“Él llega a un lugar porque es un ángel. Tiene que llegar a ese lugar”, dice Guevara, quien recibió dos llamadas de Zuloaga, emocionada, y alistó todo en su restaurante para recibirlo.
A propietarios y empleados de Carnívoros -el negocio que tiene la especialidad de cocinar cerdo y res en un horno de leña a altas temperaturas a la brasa y por tiempo prolongado- les cambió la vida por completo desde esta visita. Una costilla de cerdo con la piel al horno se convirtió en uno de los platos recomendados por el bloguero.
“Prepárate porque esto va a ser una locura”, dijo Zuloaga a Guevara antes de terminar su visita.
Y así fue. Al día siguiente, a las dos de la tarde, “ya no teníamos nada”, recuerda. “Eso era una locura”. Carnívoros pasó de tener una sede para 120 comensales a cinco restaurantes con capacidad para más de 1.000 personas, un rancho donde se cría carne de res y una plata de producción de la materia prima para los restaurantes.
Guevara recuerda también que Zuloaga le hizo acompañamiento y le dio consejos de cómo actuar ante el boom de la demanda de su negocio. Y para agradecerle mandó pintar un mural en su nombre, en uno de los nuevos puntos de la ciudad.
“Él no solo cambió mi vida, la de mi esposo, la de mis hijos, sino la de todo este montón de gente que trabaja acá… El mesero que lo atendió a él, hoy es administrador de un punto y todo lo hace posible esa recomendación que hizo”, dijo Guevara emocionada a la VOA.
Emprendimientos latinos
El impacto de Tulio Zuloaga no solo alcanza a Colombia, sino a sitios de países que visita, y casi siempre prefiere emprendimientos latinos. Reconoce que la gente en el exterior lo está escuchando de una manera que ni él se la cree, mientras que la mitad de sus seguidores se encuentran en EEUU, México, Ecuador, Perú, entre otros.
“El colombiano, el venezolano, el peruano, todas las personas que siguen la red se van a vivir a Estados Unidos, por ejemplo, pero no se desconectan de sus países", explica, y, al verlo, sienten cercanía de alguien que pueda mostrarles más de lo suyo.
Así sucedió precisamente en el Yellow Green Farmers Market, muy similar a los mercados que pululan por toda América Latina, que empieza a llenarse el sábado en la tarde. Es una especie de Torre de Babel de los sabores y olores. Queda en la ciudad de Hollywood a unas 31 millas al norte, aproximadamente, de Miami (49 kilómetros): comidas y golosinas de países como Haití, México, Perú, Argentina, Cuba y Colombia.
El colombiano cuenta que llegó allí en 2021 porque alguien le había hablado del lugar “en sus momentos más dificultosos". "Me levanté un domingo, tenía una grabación y me la cancelaron… Yo dije, esto es el momento perfecto… Una vez fui y me gustó. Saqué el teléfono, hice la recomendación y eso fue la locura total”, recuerda.
En la esquina de una de las naves techadas, Diana Solina saluda a la gente al pasar y los invita a probar el plato estelar desde su kiosko Lechona La Colombiana. Llegó hace 5 años a Miami, directamente desde Bogotá. Acá se trajo ese plato típico de la región del Tolima, la lechona, y le dijo a la VOA que es parte de una tercera generación familiar de cocineros y comerciantes de este manjar.
“Vinimos a incursionar en Miami porque sabemos que es una comunidad en que hay una comunidad latina muy grande”, dice, mientras la gente mira curiosa la vitrina que resguarda los alimentos.
Como sucedió con Yineth, para Diana Solina, el impulso que les dio Tulio Zuloaga fue tan grande, afirma, que está por cambiarles la vida.
“La venida de Tulio fue lo mejor que nos pudo haber pasado. Después que Tulio nos visitó, gracias al aumento que tuvimos con las ventas pudimos abrir nuestro primer restaurante que es en Pembroke Pine, ubicado a unos 40 kilómetros al norte de Miami. Las ventas se triplicaron, aún nos llega gente buscándonos y diciéndonos que vienen por la recomendación que dio Tulio”, asegura.
La misma Diana nos lleva pasillo tras pasillo hasta el puesto de venta de café colombiano, a otros de sus paisanos que tienen una caseta entre comida de Colombia y la diversidad de platos de México. Se trata de Camilo Giraldo y su esposa, Jessica Vizuete, cofundadores de Puro Tinto Coffee.
“Llegamos acá en el mercado desde enero de 2020, estuvimos abiertos dos meses, cerramos por pandemia y volvimos trece meses después”, dice Giraldo, mientras muestra la preparación de uno los más populares cafés: el tinto a la manera de colarlo en Colombia con un filtro, al instante.
Camilo y su esposa preparan los cafés de muestra y atienden pedidos a la vez. Explican que tuvieron que pasar toda la producción a ventas en línea, la única manera que tenían para sobrevivir al colapso económico por la pandemia.
Giraldo califica como “una bendición” la visita de Tulio Zuloaga. Dos años después la gente le sigue llegando diciéndoles que descubrieron “Puro Tinto” “por el video de Zuloaga".
“Traer la tradición De Colombia a Estados Unidos, más que vender café colombiano, vendemos la cultura cafetera colombiana”, dice con orgullo, mientras la gente se arremolina junto al mostrador indagando por el olor que los trajo hasta aquí.
Sobre estas recomendaciones fuera de Colombia, Tulio dijo a la VOA: “Es un tema muy bonito donde descubrimos que… Las personas afuera necesitaban alguien que hable con su misma cultura, con su mismo idioma, sobre lo que tiene allá".
El fenómeno
Tulio ha sido de todo en la vida: actor, cantante, locutor. Hasta mecánico automotriz. Asegura que todo le ha ayudado a lograr lo que es hoy: “Me tienes como locutor, como presentador, como director, porque tengo un libreto en la cabeza, yo mismo grabo con mi esposa, y me subo en el carro y en lo que voy en carro de un sitio a otro, ya tengo el video editado y listo para ser lanzado”, cuenta. Y la mecánica automotriz, confiesa, le dio la capacidad de ser un gran empresario.
Su trabajo no se limita a las redes sociales, ya que su empresa, en la que laboran 14 personas, incluyendo a su esposa y dos de sus cuatro hijos, cuenta con cinco líneas de trabajo.
Tras el cierre de Gastrosofía, un programa de gastronomía de una canal regional al que llegó tras varios tropiezos en su vida laboral, decidió crear un grupo, cuando se usaban los móviles de Blackberry, donde continuó comentado sus experiencias y recomendado lugares. Pero pensó luego en conectar a los cocineros con el público y allí fue cuando decidió abrir su página en Facebook, en 2009, que evolucionó hasta convertirse, en 2013, en 'Tulio Recomienda', que hoy cuenta con 2,5 millones de seguidores en Instagram, casi 5 millones en Facebook y 800.000, en YouTube, además de su propia página web y aplicación.
Una de sus principales líneas de trabajo son las recomendaciones de restaurantes. La otra, denominada, ‘Callejeros con pedigree’, se refiere a los cocineros que venden sus productos en la calle. “Muchas personas piensan que a mí me pagan por eso y realmente estas dos líneas son completamente gratuitas”, explicó Zuloaga a la VOA.
A raíz de la pandemia, creó un espacio llamado ‘Fácil cocina para los que no cocinan’, en la que deja recetas, con productos de marcas que le pagan para recomendarlas. Y, finalmente, los Burger Master, Pizza Master y Sushi Master, un evento que se convirtió en un fenómeno en Colombia, pues Zuloaga creó un espacio para que la gente postule y luego elija la mejor pizza, hamburguesa artesanal y rollo de sushi, de restauranteros ubicados en 51 municipios del país.
Al principio, en 2017, en una sola ciudad 30 restaurantes agotaron sus productos el primer día y vendieron 100.000 hamburguesas en una semana. Ahora, el evento no solo ocasiona interminables filas. En su más reciente versión, este año se vendieron casi tres millones de hamburguesas, representado un movimiento de 57.000 millones de pesos, equivalentes a un poco más de 14 millones de dólares. Incluso, cuenta, hay países como México, EEUU y España que han replicado este modelo.
El colombiano también tiene dos libros, ‘Tulio en su salsa’ y ‘El mundo según Tulio’. Además, ofrece conferencias, shows de cocina y, como si fuera poco, presentó una línea nueva de champús y geles para el baño.
El barranquillero afirma que no tiene sueños concretos, sino que permite que la vida vaya fluyendo. A pesar de haber probado miles de platos alrededor del mundo, no cambia por nada la gastronomía de su país. Es más, uno de las cosas en las que está trabajando es un festival colombiano que tenga el enfoque del máster, pero con platos insignia de Colombia.
Jamás descansa. Primero, porque confiesa que, en ocasiones, es más llamativo recorrer diferentes lugares inexplorados, pero además porque aún agradece tanto cariño de la gente: “Es súper raro, ya llego y me abrazan y lloran y me dicen: ‘Es que me salvaste, es que mi negocio va a cerrar y ahora hay 300 empleados, diez locales…’. Creo que ese es el mejor de todos los pagos”.
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