Tratando de mantener el apoyo de los votantes de las áreas manufactureras que le ayudaron a llegar a la Casa Blanca en 2016, el presidente Donald Trump está redoblando esfuerzos para aprovechar los depósitos de gas natural del occidente de Pensilvania, usando el gas para fabricar plásticos.
Trump estuvo el martes en Monaca, unos 40 minutos al norte de Pittsburgh, para visitar el Complejo de Petroquímicos Pensilvania, de la empresa Shell. La instalación que pronto estará terminada está siendo construida en una zona sedienta de inversión. Críticos del proyecto dicen que será la entidad contaminante de aire más grande en el oeste del estado.
El proyecto forma parte de un plan del gobierno de Trump para aumentar la dependencia de la economía en los combustibles fósiles pese a que cada vez hay más advertencias urgentes sobre el cambio climático. Y acoge el plástico ahora que el mundo está advirtiendo sobre los graves efectos de este material en todo el planeta.
Trump ganó en el condado de Beaver, donde está ubicada la planta, en 2016 con más de 18 puntos porcentuales. Logró esto en parte tras acercarse a los obreros, pero los votantes le dieron la espalda en la elección intermedia de 2018. En una serie de derrotas que hicieron que los republicanos perdieran el control de la Cámara de Representantes, los votantes enviaron al demócrata Conor Lamb al Congreso, luego que las promesas de prosperidad de Trump derivadas de los recortes impositivos no se materializaran.
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