Dos periódicos estadounidenses, The New York Times y The Washington Post, reportaron que el presidente Donald Trump ordenó despedir al fiscal especial Robert Mueller en junio pasado, pero se retractó después que el abogado de la Casa Blanca, Don McGahn, amenazó con renunciar.
El presidente Trump, desde la Cumbre de Davos en Suiza, dijo a preguntas de los periodistas, que los reportes sobre la orden de despedir a Mueller son solo "típicas noticias falsas" del New York Times, el periódico que primero las reportó.
Mueller investiga la posibilidad de que la campaña de Trump haya coludido con Rusia para interferir en la elección presidencial de 2016, y también una posible obstrucción de justicia por parte de la Casa Blanca.
De acuerdo a los dos periódicos, Trump exigió que Mueller fuese despedido apenas unas semanas después de que el subsecretario de Justicia Rod Rosenstein lo nombrara fiscal especial.
Trump argumentó en ese momento que el fiscal especial no podía ser imparcial debido a tres conflictos de interés separados: una disputa por las cuotas que según él Mueller debía en el club de golf de Trump en Sterling, Virginia; el hecho de que Mueller trabajó para el mismo despacho de abogados que representaba a Jared Kushner, yerno y asesor de Trump; y que Mueller fue entrevistado para su antiguo puesto de director del FBI el día anterior a su nombramiento como fiscal especial.
Los reportes aseguran que el abogado McGahn advirtió que él no llevaría la orden al Departamento de Justicia porque pensó que despedirlo tendría efectos catastróficos para la presidencia de Trump y proyectaría una sombra de duda aún mayor sobre las acusaciones de obstrucción de justicia.
Peter Carr, portavoz de Mueller, no devolvió de inmediato una llamada telefónica para solicitarle sus comentarios el jueves por la noche. Ty Cobb, un abogado de la Casa Blanca que trabaja en la respuesta a la pesquisa sobre los posibles vínculos de la campaña de Trump con Rusia, no quiso comentar.
Reacción
Los demócratas respondieron casi de inmediato a los reportes. El senador Mark Warner, vicepresidente de la Comisión Selecta del Senado sobre Inteligencia, dijo que, si los reportes son verdaderos, Trump ha cruzado una "línea roja".
"Cualquier intento por echar al fiscal especial, indultar a testigos cruciales o interferir de otra forma en la investigación sería un flagrante abuso de poder, y todos los miembros del Congreso, de ambos partidos, tienen una responsabilidad ante nuestra Constitución y nuestro país de dejar eso bien claro de inmediato", señaló Warner.
El abogado que representa a uno de los asesores de Trump en la investigación sobre Rusia dijo a la publicación Político que el aspecto más interesante de todo es “que la gente esté filtrando” este tipo de reportes en este momento.
“Para mí es una señal de que la gente percibe que este barco hace agua y es hora de hacerse lucir bien”, dijo el abogado, cuyo nombre no fue revelado. “Hasta cierto punto pienso que el hecho de que se haya filtrado [el reporte sobre el despido de Mueller] es casi lo más significativo, que hemos llegado a un punto de inflexión en el que la gente en el centro de las cosas siente la necesidad de redimirse a sí misma a expensas del presidente”.
Investigación
Los reportes se publican en un momento en que Mueller está cada vez más cerca de entrevistarse con el propio Trump. El presidente dijo el miércoles que estaría dispuesto a testificar bajo juramento, aunque un funcionario de la Casa Blanca dijo rápidamente que el mandatario no quiso decir que se ofrecía voluntario para hacerlo.
El pasado junio, cuando Trump estaba considerando el cese de Mueller, la pesquisa del fiscal especial no había avanzado mucho, al menos públicamente.
En ese momento no había llamado aún a ningún testigo relevante a declarar y ni había presentado cargos o firmado acuerdos de culpabilidad. Pero esa situación cambió apenas unos meses después, cuando agentes federales detuvieron al exasesor de la campaña de Trump George Papadopoulos, que acabaría accediendo a cooperar como testigo.
Desde entonces, Trump ha dejado de hablar explícitamente sobre despedir a Mueller, pero en su lugar acusa al fiscal especial y a su equipo de ser parciales y no poder realizar una investigación justa.
Modelo de cooperación
Mientras tanto, el equipo legal de Trump dijo el jueves que más de 20 empleados de la Casa Blanca han conversado voluntariamente con Mueller y sus investigadores.
El abogado de Trump, John Dowd, dijo que la Casa Blanca ha entregado más de 20.000 páginas de documentos a Mueller, y dijo que ha sido “la respuesta más transparente en la historia por parte de un presidente” a un fiscal especial.
Los investigadores de Mueller han centrado su trabajo en las preguntas que rodean a la decisión de Trump de despedir a Flynn y también al exdirector del FBI James Comey. Han citado a testigos cada vez más próximos al republicano y recientemente empezaron a negociar los términos de una posible entrevista con el presidente.
Hasta ahora la investigación de Mueller ha producido una acusación contra Paul Manafort, exdirector de campaña de Trump, y Rick Gates, que en su día fue asesor presidencial, de conspiración delictiva relacionada con los millones de dólares que ganaron cuando trabajaban para un partido político ucraniano vinculado al Kremlin.
De igual manera, el exasesor de Seguridad Nacional Michael Flynn, que accedió a cooperar con los investigadores en un acuerdo judicial revelado hace dos meses, fue acusado de mentir al FBI.