Ron DeSantis y Nikki Haley recorrieron una gélida Iowa el sábado para buscar votantes abiertos a una alternativa a Donald Trump, apenas dos días antes de que los caucus del estado den inicio a las primarias del Partido Republicano de Estados Unidos.
Trump, el gran favorito en las asambleas del lunes, optó por “telemítines” tras cancelar actos más grandes en persona debido a una ventisca que cubrió buena parte del estado, aunque seguía confiado y contaba con una gran victoria que reduzca las opciones de cualquier rival.
Poco después de llegar a Des Moines, Trump celebró un acto retransmitido en vivo a través de internet al estilo de una audiencia pública, presentado por la fiscal general de Iowa, Brenna Bird.
“Está feo ahí fuera”, dijo sobre las condiciones meteorológicas en Iowa. Admitió alguna preocupación sobre que el tiempo pudiera afectar la participación del lunes, aunque dijo que sus seguidores “caminarían sobre vidrios” para apoyarlo.
Quizá más importante que el margen de victoria previsto de Trump es si alguno de los rivales que quedan puede conseguir una segunda posición clara y avanzar cuando la campaña se desplace a Nueva Hampshire y otros estados.
El último sondeo del Des Moines Register y NBC News antes de los caucus mostraba a Trump con una formidable ventaja, con el apoyo de casi la mitad de los asistentes probables a las asambleas, frente al 20 % para Haley y el 16 % para DeSantis.
Haley, exembajadora ante Naciones Unidas y exgobernadora de Carolina del Sur, y DeSantis, gobernador de la Florida, siguen inmersos en una ajustada lucha por la segunda posición. Trump también tenía un índice de aprobación más alto que los otros aspirantes, con un 69 % frente al 58 % de DeSantis y apenas el 48 % para Haley.
Los cambios de agenda de Trump dieron a DeSantis y Haley una oportunidad de ver a más votantes en el estado el sábado. DeSantis en particular está bajo una gran presión en Iowa dada la fuerte apuesta de su campaña por obtener un buen resultado en los caucus.
“Van a tener mucha más fuerza el lunes por la noche que en cualquier otra elección en la que jamás puedan participar”, dijo el gobernador de la Florida a unos 60 votantes en su primer acto de la jornada en Council Bluffs, en el extremo occidental del estado.
DeSantis confiaba en encontrar más votantes como Michael Durham, un exvotante de Trump que pensaba apoyar al gobernador en su asamblea.
“Es como sin tonterías”, dijo Durham, de 47 años y residente en Council Bluffs. Durham elogió a DeSantis por abrir las escuelas de la Florida durante la pandemia del COVID-19 y desafiar a las autoridades federales. “No pide disculpas por su forma de pensar”.
Otras personas mostraron por qué DeSantis y Haley aún tienen trabajo que hacer en sus alegatos finales.
Courtney Raines, una maestra, acudió a escuchar a Haley el sábado por la mañana y tenía previsto ver a DeSantis por la tarde. “Me gustaría saber cómo va a gestionar ella la crisis fronteriza y mitigar la brecha racial”, dijo Raines, que dijo estar preocupada por las divisiones en la sociedad estadounidense.
Americans for Prosperity, la rama política de la plataforma conservadora de los hermanos Koch, inundó el estado de propaganda a favor de Haley durante todo el invierno.
En Des Moines, Trump criticó a Haley por “trabajar con” la red de los Koch.
Haley, por su parte, limitó sus críticas a Trump en un reflejo de sus esfuerzos de recabar apoyos en amplios sectores. Eso incluye a republicanos que aún tienen opiniones favorables sobre el expresidente, así como independientes y republicanos moderados que se han alejado de Trump y podrían ser un factor impredecible el lunes.
En una intervención en el sábado en la localidad universitaria progresista de Iowa City, Haley recibió un aplauso entusiasta cuando empleó su argumento para sembrar las dudas sobre Trump: “el caos le sigue. Ustedes saben que tengo razón. No podemos derrotar el caos demócrata con caos republicano”.
Trump aspira a ganar por un margen lo más amplio posible en Iowa. Su equipo dice que el expresidente puede convertirse en el candidato probable desde los primeros asaltos de las primarias si se anota victorias cómodas que impidan a DeSantis y Haley plantear una amenaza sólida.
Tras varios días de tormentas, se esperaba que el lunes sea el día más frío de cualquier jornada de caucus en la historia, con temperaturas por debajo de los -17 grados Celsius a la hora en que los republicanos deberán acudir a los lugares de asamblea.
Asesores de varias campañas y expertos veteranos en la política de Iowa han señalado que el clima podría reducir mucho la asistencia.
Los caucus republicanos alcanzaron su mayor participación con más de 180.000 personas en 2016, la primera campaña de Trump. El senador de Texas Ted Cruz ganó por la mínima ese año. La campaña de Trump ha puesto bastante más esfuerzo esta vez en su estructura en el estado.
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