El máximo tribunal de Brasil abrió el viernes una sesión que decidirá si el aborto hasta la semana 12 de embarazo será despenalizado en todo el país.
La nación sudamericana actualmente permite abortos sólo en casos de violación, riesgo evidente para la salud de la madre o si el feto no tiene un cerebro funcional.
La presidenta del Tribunal Supremo, Rosa Weber, planteó la cuestión en una sesión en línea el viernes y votó a favor de la medida. Weber se jubilará en octubre cuando cumpla 75 años, la edad límite para los miembros del tribunal. Diez jueces más aún deben votar, pero no hay una fecha fija para la continuación de la audiencia.
Weber dijo en su decisión que la posición de Brasil sobre el aborto no considera “la protección igualitaria de los derechos fundamentales de las mujeres al dar prevalencia absoluta a la tutela de la vida potencial” —el feto.
“Penalizar la conducta de interrupción voluntaria del embarazo, sin restricciones golpea el núcleo de los derechos de las mujeres a la libertad, la autodeterminación, la intimidad, la libertad reproductiva y su dignidad”, escribió Weber.
En 2018, un funcionario del Ministerio de Salud dijo que el gobierno estimaba que se realizaban alrededor de 1 millón de abortos anualmente fuera de las condiciones permitidas, y que los procedimientos inseguros causaban más de 250.000 hospitalizaciones y 200 muertes.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva señaló en abril del año pasado durante la campaña electoral que a cualquier mujer se le debería permitir abortar, pero a los pocos días dio marcha atrás. Luego dijo que se opone al aborto, aunque cree que a las mujeres se les debería permitir elegir por una cuestión de salud pública.
Un caso del año pasado conmocionó a los brasileños después que un juez conservador impidiera durante semanas que una niña de 11 años violada interrumpiera su embarazo en el estado sureño de Santa Catarina. La niña, que tenía 10 años cuando fue violada, tenía 29 semanas de embarazo cuando finalmente se llevó a cabo el aborto.
Para entonces, los activistas antiaborto argumentaron que ya era demasiado tarde para el procedimiento. La ley brasileña no menciona un límite en el caso de víctimas de violación o cuando la vida de una mujer está en peligro.