Miles de migrantes irregulares de Venezuela y Centroamérica han sido deportados por autoridades estadounidenses en las últimas semanas, según informó el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) el martes.
En las pasadas dos semanas, sobre 30 vuelos de repatriación han salido hacia la región y más de 5.000 personas han sido deportadas directamente a México en esfuerzos coordinados por DHS junto al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
"Los no ciudadanos que carezcan de una base legal para permanecer en Estados Unidos serán expulsados, de conformidad con la ley estadounidense", reiteraron las autoridades migratorias.
Cada uno de los migrantes irregulares a quien se determinó su expulsión, agregó el DHS, fueron examinados para "determinar si tienen reclamos de protección válidos y suspensión de expulsión de acuerdo con nuestras leyes".
Quienes finalmente fueron deportados habrían presentado su reclamo de asilo frente a un juez de inmigración, sin embargo, no fueron elegibles.
Los vuelos directos de deportación a Venezuela desde EEUU comenzaron de nuevo en octubre, cuando Washington acordó con el gobierno de Nicolás Maduro "la repatriación directa" de venezolanos que cruzaron de manera irregular a EEUU.
En el año fiscal 2022, las autoridades migratorias de EEUU realizaron 72.177 deportaciones a más de 150 países del mundo.
Tan solo en la primera mitad del año fiscal 2023, el número de personas removidas de EEUU había alcanzado las cerca de 66.000.
Mientras tanto, la llegada de migrantes irregulares a la frontera suroeste del país continúa en un aumento dramático. En el último año, agentes fronterizos reportaron sobre 2,4 millones de encuentros con migrantes en la frontera.
El lunes, un cruce fronterizo de Texas fue cerrado mientras que en la frontera de Arizona se limitó el tránsito en otro paso con el fin de canalizar más recursos al control de los ingresos ilegales, informaron autoridades federales de Estados Unidos.
CBP anunció el cierre de uno de los dos puentes vehiculares en Eagle Pass, Texas, una localidad de unos 30.000 habitantes que, durante cierto tiempo el año pasado, se convirtió en el corredor con más cruces ilegales.