Las autoridades estadounidenses comenzaron el martes a reunir a niños menores de 5 años con sus padres, tras haberlos separado a la fuerza en la frontera con México por haber entrado al país ilegalmente.
Por lo menos 54 menores serán reunidos con sus padres antes del plazo impuesto por un tribunal, dijo un abogado del gobierno, aproximadamente la mitad del centenar de niños cubiertos por la orden. Los funcionarios estaban revisando los casos de otros cinco niños para tratar de resolverlos antes de que se cumpla el plazo.
El lunes, el gobierno del presidente Donald Trump reconoció que no podría cumplir con el plazo fijado por un juez para reunir a niños menores de 5 años con sus padres, a los que separó bajo su entonces vigente política de “tolerancia cero”.
Trump aseguró el martes que la solución para el problema de cómo el gobierno cumplirá con el plazo judicial para reunificar a familias migrantes separadas es “que no vengan a este país ilegalmente”.
Antes de salir de la Casa Blanca rumbo a una cumbre en Europa, Trump respondió a preguntas sobre el tema diciendo: “Esa es la solución, que no vengan a este país ilegalmente, que vengan como hacen otros, legalmente”.
El presidente también criticó a los demócratas que han pedido desmantelar al Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE por sus siglas en inglés), afirmando que ello demuestra que los demócratas “quieren fronteras totalmente abiertas y no les importa la criminalidad”.
Los padres que han sido detenidos por el ICE “en su mayoría” están siendo trasladados a lugares cerca de sus hijos y las familias serán dejadas en libertad, afirmó Sarah Fabian, abogada del Departamento de Justicia. Explicó que se publicarán los lugares de los reencuentros, pero que los niños han sido llevados a refugios en distintos puntos del país.
Como parte de la política de “tolerancia cero" de la administración Trump, más de 2.000 niños fueron separados de sus padres a la fuerza cuando intentaban cruzar sin permiso la frontera.
El presidente firmó una orden ejecutiva el 20 de junio revocando la política ante el oprobio generalizado que causó. La semana pasada el secretario del Departamento de Salud de Estados Unidos (HHS por sus siglas en inglés) Alex Azar dijo que en total hubo “menos de 3.000” niños separados de sus padres.
El mes pasado, el juez federal Dana Sabra en San Diego estableció un plazo de 14 días para que las autoridades estadounidenses reúnan a niños menores de 5 años con sus padres y un plazo de 30 días para los niños más grandes. El plazo de 30 días se cumple el 26 de julio.
Lee Gelernt, un abogado de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), exigió al gobierno garantías de que expertos de esa organización podrán asistir a los familiares en el momento delicado. Los padres estarán en libertad mientras sus procesos siguen su curso en los tribunales migratorios aunque algunos probablemente tendrán que tener monitores electrónicos en los tobillos. Se calcula que los procesos migratorios pueden tardar meses o incluso años.
El lunes, una jueza federal de Los Ángeles rechazó una petición del gobierno de mantener detenidas juntas a las familias de inmigrantes y describió la solicitud como un intento “cínico” de deshacer un añejo acuerdo judicial.
La juez de distrito Dolly Gee dijo que el gobierno federal no había presentado nueva evidencia para justificar la revisión de la orden judicial que limita la detención de niños que cruzaron la frontera de manera ilegal.
El Departamento de Justicia le había pedido a Gee alterar el acuerdo de 1997 para poder mantener a las familias juntas detenidas a largo plazo.