El Senado estatal votó en Texas a favor de permitir que quienes posean licencias para portar de manera oculta armas de fuego puedan hacerlo en las aulas universitarias, algo hasta ahora prohibido por ley.
La votación da un fuerte empuje a la legislación, que permaneció estancada tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes a pesar de que es apoyada mayoritariamente por los republicanos, que dominan la legislatura.
El senador Jeff Wentworth, un defensor de la medida, no pudo conseguir en varios intentos los votos necesarios para aprobarla como una legislación independiente, pero lo consiguió añadiéndola al proyecto de ley de gastos de las universidades.
Quienes la apoyan señalan que se trata de una medida capital para garantizar la seguridad personal y que portar armas es un derecho consagrado por la Constitución del país.
Según ellos, incidentes sangrientos como los tiroteos en Virginia Tech, en 2007, y en Illinois en 2008, muestran que la mayor defensa contra tales ataques es que los estudiantes y profesores puedan disparar.
Los que se oponen indican que la posibilidad de llevar armas ocultas a las aulas podrìa desencadenar mayor violencia y suicidios en los recintos universitarios.
Le medida también ha sido muy objetada por funcionarios estatales de educación superior y dentro del propio sistema docente de la Universidad de Texas.
Hasta la matanza de Virginia Tech, el peor incidente de ese tipo había ocurrido en la Universidad de Texas, cuando Charles Whitman se subió al piso más alto de una torre en 1966 y mató a tiros a más de una docena de personas e hirió a muchas más.
Similares leyes han sido propuestas en alrededor de una docena de otros estados, pero han encontrado fuerte oposición, especialmente dentro de las propias universidades.
Pero no así en Utah, donde sí se aprobó, y en Colorado, donde se le dio a las propias universidades la opción de hacerlo y algunas permiten portar armas.